Al concluir la fase de inspección de la auditoría ordenada por el papa Benedicto XVI a la Legión de Cristo por los abusos sexuales cometidos por su fundador, Marcial Maciel, en contra de menores, el experto vaticanista Sandro Magister sostuvo que el pontífice podría designar un comisario para dirigir la citada congregación y refundarla. Ello significaría que los actuales dirigentes de la legión, encabezados por Álvaro Corcuera, podrían ser removidos de sus cargos.

José Barba y Arturo Jurado, ex legionarios y víctimas de Maciel, coincidieron, en entrevista con este diario, que ésa es la medida más probable, pero insistieron en que eso “no cambiará la sicología legionaria de la noche a la mañana, pues han sido seis décadas de secuestro espiritual, lo que no se modificará porque el Papa designe un comisario que dirija temporalmente la congregación.

Esta primera fase de la auditoría duró ocho meses, tiempo durante el cual cinco visitadores apostólicos designados por el Papa auscultaron a las más de 120 comunidades legionarias en el mundo, informó la Legión de Cristo. Precisó que durante estas visitas sacerdotes y religiosos de la congregación tuvieron la oportunidad de entrevistarse individualmente con los obispos designados para la misión y hablar con libertad de la congregación.

Ellos contestaron sus preguntas y expresaron con plena libertad sus observaciones y sugerencias sobre la vida comunitaria y el trabajo que realizan en los apostolados que dirige y asesora la congregación.

Sin embargo, José Barba, quien es catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), descartó que los entrevistados hayan respondido con libertad, pues aseguró que los legionarios circularon entre sus integrantes un cuestionario con posibles preguntas que podrían plantear los visitadores y las respuestas que se debían dar.

“Con anticipación circularon entre los legionarios, los miembros del Regnum Christi y entre las Señoritas Consagradas un cuestionario con preguntas y las respuestas que debían dar. Los visitadores debieron darse cuenta de las semejanzas en lo que declaraban, porque fueron respuestas aprendidas”, comentó Barba.

En cuanto a los alcances de la auditoría, Jurado Guzmán consideró que da la impresión de que ya está todo cocinado, y agregó que con esta acción la Iglesia católica quiere dar la idea de que está haciendo algo, que no se está lavando las manos. Por su parte Barba insistió en que no es creíble que los directivos de la legión no hayan estado enterados de los actos de Maciel y sostuvo que por lo tanto merecen castigo.

La auditoría comenzó el 15 de julio del año pasado y los visitadores que la realizaron fueron Charles Joseph Chaput, arzobispo de Denver, Estados Unidos; Ricardo Watty Urquidi, obispo de Tepic, México; Ricardo Ezzatti, arzobispo de Concepción, Chile; Giuseppe Versaldi, obispo de Alessandria, Italia, y Ricardo Blázquez Pérez, obispo de Bilbao, España, quien el sábado pasado fue nombrado arzobispo de Valladolid.

Sobre el término de la fase operativa de la auditoría, la cual la Iglesia denomina visita apostólica, la legión reiteró que los resultados tardarán algunos meses. Detalló que al concluir la primera fase de la visita los obispos deben finalizar sus informes escritos y hacerlos llegar al Vaticano, donde serán estudiados y evaluados. Agregó que tomando en cuenta el extenso trabajo realizado por los visitadores y tratándose de cinco informes individuales redactados en diversos idiomas, esta nueva etapa de la visita apostólica posiblemente llevará varios meses y podría implicar ulteriores intercambios entre el Vaticano y los visitadores antes de que el Papa dé las indicaciones que considere oportunas y necesarias.

Recordó que el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, explicó hace algunos días a Notimex que una cosa es que concluya la labor de los visitadores y otra publicar los resultados. Se requiere tiempo, se debe definir si la información es suficiente, si es necesario solicitar un suplemento de investigación. No esperaría tiempos breves para la decisión definitiva.

La Legión de Cristo cuenta con casi 3 mil seminaristas, 800 sacerdotes en 22 países y cerca de 70 mil adeptos en todo el mundo, en general de alto poder adquisitivo.