Un grupo de diez hombres vestidos de civil se llevaron, la mañana de ayer, del café La Habana, al dirigente del Movimiento Campesino Regional Independiente de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala Movimiento Nacional, Francisco Jiménez Pablo, mientras participaba, junto con los líderes de la Central Campesina Cardenista (CCC) y de la Central de Organizaciones Campesinas y Populares (Cocyp), en una reunión con funcionarios de la Secretaría de Gobernación.

Los líderes campesinos conversaban con el coordinador de asesores del subsecretario de Gobernación, Emeterio Carlón Acosta; Jorge González González, de la dirección de Atención a Organizaciones Sociales, y Alejandro Díaz Mendoza, del área jurídica de Gobernación, cuando los hombres armados que dijeron ser integrantes de la Procuraduría General de la República (PGR) en Chiapas detuvieron a Jiménez Pablo.

Max Correa Hernández, dirigente de la CCC; Rafael Jacobo y José Jacobo Femat, líderes de la Cocyp, y Francisco Chew Placencia, de la Federación Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, narraron que los hombres llegaron a bordo de una camioneta Voyager color verde con placas 134-SYS del DF y una Lobo de color blanco con matrícula de Chiapas. Los funcionarios de Gobernación mostraron sus credenciales a los hombres armados pero no intervinieron para detener el secuestro de Jiménez Pablo.

“Nos dijeron que no tenían conocimiento del operativo y que no había sido ordenado por alguna instancia conocida por ellos”, dijeron los líderes campesinos en conferencia de prensa.

Los dirigentes dijeron desconocer el paradero de Jiménez Pablo y consideraron que su desaparición es un acto de provocación del gobierno por la caravana por la dignidad del campo que arribará al DF este sábado.

Luego de conocer la desaparición del líder, el grupo campesino de avanzada de la caravana- que desde hace dos días está en las oficinas del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, pidió refugio en el organismo y diez, entre ellos dos de los hijos de Jiménez Pablo, se declararon en huelga de hambre.

Los campesinos habían solicitado que la representación en el país de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos interviniera ante Gobernación debido a la negativa del gobierno de reconocer la existencia de 36 presos políticos campesinos, la mayoría de ellos de Chiapas, Veracruz e Hidalgo. Por ello, se había logrado una interlocución con funcionarios, a quienes les pidieron que el asunto se introdujera en la agenda de la mesa instalada con las organizaciones campesinas en marzo.

La detención de Jiménez Pablo no detendrá la marcha campesina, que la mañana de ayer llegó a Papalotla, Tlaxcala, y por la tarde a la capital de Puebla. Hoy, el contingente de 25 camionetas y 10 autobuses recorrerán Izúcar de Matamoros, Cuautla y Anenecuilco, y pernoctarán en Cuernavaca.

El viernes llegarán a San Pablo, Milpa Alta, en lo que fue el cuartel general de Emiliano Zapata, y la mañana del sábado estarán en la unidad deportiva de Xochimilco y después del medio día se concentrarán en la estación del Metro Chabacano, y realizarán una caminata al Zócalo.