Alta volatilidad de precios de productos básicos dificulta que los consuman los más pobres
La salida de la recesión será lenta y dejará secuelas perdurables en varios países, advierte
Miércoles 14 de abril de 2010, p. 27
Panamá, 13 de abril. La crisis económica y la carestía de alimentos ha dificultado el acceso de las capas más vulnerables de la población latinoamericana a los mismos, y ha dejado 53 millones de personas con problemas de desnutrición en la región, informó este martes la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El organismo de Naciones Unidas señala que el escenario actual de la seguridad alimentaria de América Latina y el Caribe se caracteriza por alta volatilidad de los precios de productos básicos, especialmente los alimenticios, lo que dificulta su acceso a los más pobres.
Las crisis del alza de los precios de los alimentos y la desaceleración económica no han hecho otra cosa que agudizar el problema del acceso a la alimentación, especialmente en los niños, mujeres e indígenas
, afirmó el representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe, José Graziano da Silva.
La inflación, el desempleo, la disminución de las remesas y los altos precios alimentarios ha reducido los ingresos reales de los segmentos más pobres de la población y han agravado sus dificultades de acceso a una alimentación adecuada, dice un documento de FAO que será discutido en Panamá a finales de abril, en la 31 conferencia regional de este organismo.
La FAO prevé que la salida de la crisis será lenta, por lo que vaticina que dejará secuelas perdurables
, sobre todo en los países donde caiga la producción, el comercio, la recaudación fiscal, sean dependientes de importaciones de alimentos y energía, y tengan poca demanda por sus exportaciones.
Esto puede generar efectos irreversibles para millones de niños y niñas que sufren o están en riesgo de sufrir desnutrición aguda y crónica
, señaló Graziano en un comunicado.
También destaca los impactos de las últimas tragedias naturales y los problemas que podrían surgir en los países si hay menor flujo de remesas y de ayuda al desarrollo, por lo que sugiere a los gobiernos regionales replantear
la soberanía alimentaria, revalorizar
el papel de la agricultura y la importancia de la universalización de los sistemas de protección social.
La organización calcula que la parte de la población que sufre desnutrición en América Latina y el Caribe alcanza a 53 millones de personas, que es la misma cantidad que se contabilizaba en 1990-1992.