México ha sido identificado como uno de los centros más activos de reclutamiento de adolescentes forzadas a ejercer la prostitución en el extranjero, aseguró ayer Rocío García, presidenta el Instituto Nacional de las Mujeres, durante la inauguración del Coloquio Internacional contra la Trata de Personas Campaña Corazón Azul.

En la reunión se resaltó que este delito afecta a 2.5 millones de personas en el mundo.

Julián Ventura, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, dijo que el tráfico de personas atenta contra la dignidad humana, lastima a las sociedades y tiene graves consecuencias para las víctimas y sus familias.

Agregó que este delito se ubica como la tercera actividad más lucrativa de la delincuencia organizada trasnacional, detrás del narcotráfico y el comercio ilícito de armamento. Combatirla con acciones concertadas y una firme alianza entre los países y sus ciudadanos es un imperativo.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) destacó que la trata de personas es un fenómeno global. Más de 130 países han reportado casos. Las víctimas son explotadas laboral o sexualmente. A algunas se les somete a cirugías para extraerles órganos, o bien se les destina a la mendicidad o la guerra. Se estima que hasta 80 por ciento son mujeres o niñas.

El director de la UNODC, Antonio Maria Costa, consideró que puede hacerse mucho para prevenir que las personas caigan en las garras de los traficantes, para llevar a estas aves rapaces ante la justicia y proteger a los sobrevivientes.

Agregó que la lucha contra este delito no sólo es responsabilidad de los gobiernos, también la ciudadanía debe participar, razón por la cual invitó a la población a unirse a la campaña Corazón Azul contra la trata de personas, que el Ejecutivo federal mexicano puso en marcha el miércoles pasado.

Rachel Mayanja, asesora especial para Cuestiones de Género y Adelanto de la Mujer de Naciones Unidas, se refirió al trafico de seres humanos con fines de remoción de órganos, tejidos y células, problemática que afecta sobre todo a personas que se ubican en pobreza extrema.

Explicó que las víctimas sufren daños permanentes tras el retiro de algunos órganos por falta de seguimiento médico.

Para enfrentar este fenómeno, manifestó, es necesario crear instrumentos legales que prohíban los ingresos económicos a partir de la venta de partes del cuerpo humano.