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Recientemente los delincuentes les secuestraron dos camiones cargados de materia prima

Dos resineras michoacanas, a punto de cerrar por extorsiones del hampa

Se niegan a entregar un solo peso y estudian la posibilidad de trasladarse a Centro o Sudamérica

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Integrantes de la Unión de Resineros de Michoacán denunciaron que van en aumento las extorsiones por parte de la delincuencia organizada a las 12 empresas productoras de brea y aguarrás, por lo que dos podrían cerrar. En la imagen, un trabajador labora para obtener el productoFoto La Jornada
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 18 de abril de 2010, p. 26

Morelia, Mich., 17 de abril. Las industrias Pinosa y Resina Sintética, que compran a más de 3 mil ejidatarios y comuneros 60 por ciento de las 18 mil toneladas de la producción anual de resina de todo el estado, están a punto de cerrar, debido a que la delincuencia organizada las extorsiona, igual que a las otras 10 empresas productoras de brea y aguarrás, denunció la Unión de Resineros de Michoacán.

Rodolfo, uno de los trabajadores, dijo que recientemente fueron secuestrados cinco camiones que recogen la resina en las zonas boscosas; además de robarse los tambos llenos de materia prima, dos camiones fueron lanzados fuera del camino.

Están exigiendo que las empresas resineras paguen una cuota, como lo hacen los productores de madera, que tienen que darles 100 pesos por cada metro cúbico que extraen, dijo.

Los socios de las fábricas Pinosa y Resina Sintética, ubicadas en la capital michoacana, manifestaron que no pagarán un solo peso por las extorsiones y que están viendo la posibilidad de trasladar la empresa a Centro o Sudamérica, abundó.

En “los correos que envían (los presuntos narcotraficantes) aseguran ser integrantes de La Familia Michoacana, pero nosotros creemos que son grupos de delincuentes regionales que se arropan en esa organización para causar miedo”.

Michoacán, explicó Rodolfo, produce 90 por ciento de la resina de todo el país, y compra este producto que produce la corteza del árbol sin dañarlo a más de 5 mil campesinos de las regiones del oriente, la Meseta Purépecha, Villa Madero, Ario de Rosales y Uruapan.

Sabemos que en la explotación forestal se pagan cuotas, incluso a las mismas autoridades que vigilan y protegen el bosque, pero tiene poco más de un año que comenzaron a presionarnos y esa situación se debe frenar.

Ismael, otro trabajador, comentó que en noviembre pasado secuestraron los camiones cargados de resina, pedían pago por protección, pero además en la región del centro raptaron a dos personas que vigilan el bosque y a una más la mataron.

Nos han informado que los delincuentes envían personas para investigar los nombres de los gerentes, dueños y socios de las empresas, y eso ya está complicando la situación, porque se trata de una industria que no daña los bosques y ofrece el sustento a miles de familias, dijo.

La brea y el aguarrás que se producen, comentó, se comercializan en Guadalajara, la ciudad de México, León y otras partes del país, y como no somos autosuficientes se tiene que importar estas sustancias de China, Brasil y Vietnam. Son más de mil subproductos los que dependen de la resina.

Los entrevistados –que se negaron a dar sus nombres completos, por razones de seguridad– manifestaron que el crimen organizado está creciendo por todos lados, ya que primero sabían que cobraban derecho de piso en los pequeños comercios; luego se extendieron con los transportistas, después con todos los que sacan madera, legal o ilegal, y ahora buscan sacar dinero de los resineros, por lo que esperan que el gobierno haga algo, ya que esta pequeña industria también está en riesgo y puede desaparecer.