Ofrece Ratzinger hacer lo posible por llevar a los responsables ante la justicia
Lunes 19 de abril de 2010, p. 13
La Valeta/Roma, 18 de abril. El papa Benedicto XVI se reunió hoy en Malta con ocho víctimas de abusos sexuales por miembros de la Iglesia católica en emotivo
encuentro.
El pontífice –señaló el Vaticano en un comunicado– está muy conmovido
por las historias narradas por los malteses y les expresó su vergüenza y malestar por el sufrimiento de las víctimas y sus familias
.
Benedicto XVI, quien se encontró a puertas cerradas con los hombres que actualmente tienen entre 30 y 40 años en la nunciatura apostólica de la localidad de Rabat, habló y rezó con ellos, agregó el Vaticano.
El encuentro de 25 minutos transcurrió de modo intenso y emotivo
, aunque en una atmósfera relajada, aseguró el vocero vaticano Federico Lombardi. A la reunión no tuvieron acceso los medios de información.
El Papa tenía lágrimas en los ojos
, contaron víctimas tras la reunión con Benedicto XVI.
Les aseguró que la Iglesia hará lo posible por investigar acusaciones [de abusos], llevar a los responsables ante la justicia y tomar medidas efectivas para proteger a los jóvenes en el futuro
.
Los rezos del Papa apuntaron a la curación y reconciliación
de las víctimas de abusos, para que éstas puedan avanzar con nuevas esperanzas, según el comunicado.
Todos hemos llorado, pero ahora estamos muy felices
, declaró Joe Magro, de 38 años, una de las víctimas de abusos.
El Papa realmente nos ha compadecido, toda esta experiencia fue muy impresionante
, añadió Magro, quien relató que fue abusado por religiosos entre 1988 y 1990 en un orfanato católico.
Por su parte, Lawrence Grech, otra de las víctimas de abuso, dijo que Benedicto XVI lloró con nosotros. Quedé impresionado por la humildad del Papa. Asumió sobre sí mismo todo lo causado por otros. Fue muy valiente. Nos escuchó individualmente, oró y lloró con nosotros
.
Lawrence Grech afirmó que no pedía excusas del Pontífice: Antes dije que quería excusas, pero fue porque estaba enojado. Ahora mi cólera pasó y estoy satisfecho de mi encuentro con el Papa. Continuaré con mi batalla, no contra la Iglesia si no contra la pedofilia
, destacó.
Las víctimas de abusos en Malta habían pedido cita personal con el Papa. Benedicto XVI ya se había reunido antes con víctimas de abusos en Estados Unidos y Australia, y se había declarado dispuesto a más encuentros similares.
Previamente, Joseph Ratzinger celebró una misa al aire libre ante decenas de miles de files en Floriana. En un día nublado con lloviznas, el Papa llamó con insistencia a los católicos a mantenerse firmes en su fe y a proteger los valores de la Iglesia.
No todo lo que propone el mundo actual vale la pena para que los malteses lo acepten
, aseveró Benedicto XVI. También se refirió a las heridas del pecado
, cuya curación requiere misericordia divina, indicó.
Muchas voces intentan convencernos para que depongamos nuestra fe en Dios y en la Iglesia, y elijamos los valores y convicciones religiosas acordes a los cuales queremos vivir
, advirtió el Papa en la misa. Nos dicen que no necesitamos a Dios ni a la Iglesia
, apuntó Benedicto XVI.
Ratzinger abordó a su manera el problema de la inmigración en la isla mediterránea entre Italia y el norte de África: Procuren compartir lo que posean de valioso
, pidió a los malteses. Alrededor de 95 por ciento de la población de Malta es católica.
Posteriormente, Ratzinger viajó en barco desde Kalkara hasta la capital, La Valeta, para recordar la llegada de San Pablo, que se cree permaneció durante tres meses en la isla en el año 60 dC, tras sufrir el naufragio de su embarcación en viaje hacia Roma.
El 1950 aniversario del naufragio fue el motivo oficial para el primer viaje de Benedicto XVI a Malta.
Además, durante un encuentro con decenas de miles de jóvenes, el Papa llamó a mantener en alto los valores cristianos justamente en la Europa actual, donde éstos se encuentran crecientemente en oposición a la cultura predominante. Los medios y la presión social refuerzan ideas opuestas a la fe cristiana, aseveró.
Se trató de un viaje breve pero intenso para el Papa, de 83 años, quien aterrizó sin inconvenientes horas después en Roma.