El ex presidente del COI, de 89 años, tuvo una insuficiencia coronaria aguda
Elevó el nivel de los JO
Se enorgullecía de sus logros políticos
Creía que las reglas del amateurismo eran hipócritas y las abrió a todos los deportistas profesionales: Rogge
Jueves 22 de abril de 2010, p. a13
Barcelona, 21 de abril. El español Juan Antonio Samaranch, ex presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y arquitecto de la globalización olímpica, murió hoy en Barcelona a los 89 años de edad, a consecuencia de un paro cardiorrespiratorio.
El director de medicina interna del hospital Quirón, Rafael Esteban Mur, explicó que el estado de salud de Samaranch se agravó el pasado martes tras ser hospitalizado el domingo con una insuficiencia coronaria.
A esta edad, con una carrera y una vida plena, irse sin sufrir y sin hacer sufrir forma parte de todo un estilo de vida
, dijo Juan Antonio Samaranch hijo. Se ha ido tranquilo. Ha tenido buena muerte
.
El vástago del dirigente deportivo que presidió el COI de 1980 a 2001, contó que su padre comenzó a sentirse mal después de ver por televisión la final del torneo de tenis de Montecarlo, que ganó su compatriota Rafael Nadal.
El deterioro de la salud de Samaranch ya había dado avisos en los recientes años. En julio de 2001, tras ceder la presidencia del COI al belga Jacques Rogge, el español debió permanecer 11 días en un hospital por fatiga extrema
.
En octubre de 2009, luego de que Madrid perdió la elección para la sede olímpica de 2016, ante Río de Janeiro, Samaranch fue internado en una clínica de Mónaco por una insuficiencia cardiaca.
Dos años antes perdió el conocimiento antes de asistir a un acto de beneficencia organizado por el portero del Real Madrid Íker Casillas, y por Nadal, y también tuvo que ser hospitalizado.
Intuía su final
Él mismo intuía que el final estaba cerca. No lo ocultó durante la presentación de la candidatura de Madrid 2016 en Copenaghe ante la asamblea del COI: Ustedes saben que estoy muy cerca del final, tengo 89 años. Permítanme pedirles que consideren el honor que sería para nosotros organizar los juegos
, exclamó en aquella ocasión.
Tenaz, ambicioso y pragmático, Samaranch marcó la historia del deporte al llevar al COI por la senda de la comercialización, convirtiendo al olimpismo en un negocio rentable.
Abrió los juegos a los deportistas profesionales como respuesta al “amateurismo del bloque de los países del Este. Y con los mejores en liza, el interés de patrocinadores y televisiones llenó las arcas del olimpismo.
Samaranch fue exitoso al elevar el nivel de las justas veraniegas y llevarlas a lo que son hoy. Creía que las reglas del amateurismo eran totalmente hipócritas, algo con lo que yo coincidía, y había que abrir los juegos a todos los deportistas
, dijo su sucesor en el COI, el belga Jacques Rogge.
Convencido de que sin su control las cosas no funcionaban, se enorgullecía especialmente de su lista de logros políticos, que fueron desde la presencia simultánea de China y Taiwán en los juegos, hasta la reintroducción del concepto de tregua olímpica
y cierto deshielo en las relaciones entre las dos Coreas.
Sus partidiarios creen que mostró sutiles habilidades políticas en un momento difícil, que fue el boicot occidental dirigido por Estados Unidos hacia los Juegos Olímpicos de Moscú 80 y el correspondiente boicot del bloque del Este a los Ángeles 84, y que encaminó a los juegos hacia el deporte profesional, convirtiéndolo en una máquina de generar dinero.
Sus detractores argumentan que muchos de los valores originales del movimiento se vieron oscurecidos en la búsqueda del éxito comercial, llevando a escándalos de sobornos y dopaje.
Otros momentos difíciles fueron entre 1998 y 1999, cuando se enfrentó al mayor escándalo de corrupción en la historia olímpica y salió mejor parado de lo que se esperaba tras reformar el organismo y poner fin a los viajes indiscriminados de miembros a las ciudades candidatas.
Samaranch siempre tuvo vocación política, algo que le pasó factura durante sus años al frente del COI con los medios anglosajones, recordándole siempre su pasado franquista.
Ocupó incontables cargos en la España de Francisco Franco y luego, entre 1977 y 1980, fue el primer embajador de su país en Moscú.
Era supersticioso a más no poder –dormía con una castaña en el bolsillo de su pijama–, no volaba en martes 13 e intentaba hacer coincidir todos los actos importantes de su vida con el día 17, el de su nacimiento (julio de 1920).
En su vida de deportista destacó como jugador de hockey y en su juventud huyó del poco atrayente futuro como empresario textil, para terminar departiendo con reyes y jefes de Estado a lo largo de casi medio siglo.
El mundo del deporte, desde la FIFA hasta las federaciones internacionales y la Unión Europea, pasando por los comités organizadores de Londres 2012 y Río 2016, rindieron homenajes a Samaranch, pero en España fue donde más se glosó su figura, con expresiones de recuerdo por parte del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, así como en todos los niveles.
Los reyes de España, Juan Carlos I y Sofía, darán este jueves el último adiós a Samaranch en el funeral que se realizará en la catedral de Barcelona. Antes, el Palacio de la Generalitat, la sede del gobierno regional de Cataluña, acogerá la capilla ardiente, donde el presidente de la región noreste de España, el socialista José Montilla, recibirá a la familia.
Homenaje en el COM
Mientras Mario Vázquez Raña volaba ayer rumbo a Barcelona, donde se efectuarán las exequias para el extinto líder olímpico, en las instalaciones del Comité Olímpico Mexicano (COM), su titular, Felipe Muñoz, rindió un breve homenaje a Samaranch, de quien destacó que buscó enfrentar y resolver problemáticas que nadie antes se atrevió a encarar, por lo que estoy seguro de que todos lo recordaremos como creador de una nueva era en el movimiento olímpico
.
Luego de leer un comunicado que el presidente del COI, Jacques Rogge, envió a todos los dirigentes olímpicos del mundo, donde destacó las cualidades del fallecido líder, como haber consolidado a la familia deportiva, Muñoz Kapamaz izó a media hasta la bandera de los cinco aros de colores y decretó una semana de duelo en su honor.
Por su parte, Nelson Vargas, ex titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, señaló a Samaranch como el hombre más visionario en el movimiento olímpico. Logró que fuera el negocio más rentable en comparación con cualquier empresa
y destacó el respeto que el dirigente mantuvo hacia los gobiernos en general, y hacia el español, en particular, lo que provocó un alto desarrollo del deporte en su país.
Hay un antes y un después de Samaranch. Su característica principal se llamaba respeto, ese que tuvo hacia los comités olímpicos nacionales, hacia el gobierno español por conducto de su máxima instancia deportiva, que es el Consejo Superior de Deportes. España es una de las máximas potencias de los años recientes en el ámbito mundial
, puntualizó.
Con información de Abril del Río y Jorge Sepúlveda Marín