“Supimos quiénes eran por su risa. Se cuidaron de no mostrar su rostro, pero logramos identificar que eran dos alumnos de tercero de secundaria y una estudiante de segundo grado. En el video que grabaron con un celular, y luego subieron a Internet, se veía a una jovencita con el uniforme de la escuela a la que le bajaron la pantaleta y le metían la mano por abajo de la falda. Ése fue el primer caso de bullying que detectamos en el plantel”, describe un profesor de secundaria del Distrito Federal.

Testimonios de docentes señalan que el acoso escolar incluye imponer motes por el color de la piel, la estatura o un defecto físico. “En mi escuela –narra un maestro de telesecundaria– tenemos una alumna que casi no ve. Desde que inició el ciclo escolar le pusieron como apodo humillante, le hacen burla constante, le esconden su mochila o le quitan sus lentes, sin los cuáles es prácticamente ciega.”

El acoso escolar, agrega otra maestra de primaria, también incluye imitar poses eróticas que ven en revistas o videos pornográficos. Graban a las alumnas de mayor edad y luego envían las imágenes a los estudiantes a través del celular. También eligen a un compañero para que grabe con su teléfono las peleas entre jóvenes y las suba a las redes sociales como Facebook o Myspace.

Afirman que como parte de sus tareas cotidianas se incluye revisar videos en Internet, pues son los propios niños quienes nos alertan de que a tal o cual compañero le bajaron los pantalones y le sacaron una foto o un video.

Es frecuente, aseguran, que simulen tener relaciones sexuales en algún lugar de la escuela. Toman fotos o videos con el teléfono, y en minutos lo suben a sus páginas electrónicas. Hay casos donde alumnas, incluso de primaria, protagonizan videos en los que se van desnudando, en un acto aparentemente voluntario que más tarde circula por los teléfonos de los alumnos de toda la escuela, por lo que creemos que en realidad se trata de acoso escolar.