Los Mochis, 15 de mayo. Humberto Zorrita Soto, oriundo de esta localidad, retuvo el cetro ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) por decisión unánime en la función Puro Sinaloa, ¿quién es el más macho?; sin embargo, el retador Ricardo Pelón Domínguez, pese a la derrota, se ganó el corazón del público que llenó el estadio Centenario de esta ciudad.

En el segundo episodio, Soto recibió recio castigo de parte de Domínguez, quien lo hizo trastabillar. Para el tercer capítulo hubo un tibio intercambio de golpes con el retador, quien no logró sacar gran provecho a su mayor estatura y alcance de brazos.

Tras el cuarto choque, El Pelón comenzó a acusar los estragos de la batalla, volvió a su esquina con el rostro enrojecido y el pómulo izquierdo casi reventado a consecuencia del castigo, pero La Zorrita, siempre con mejor juego de piernas, regresó también con el rostro inflamado y embadurnado de vaselina.

Dos capítulos más tarde, Domínguez, con calzón negro con vivos dorados, acosó al monarca, que esperó paciente en el centro del ring y en la recta final puso contra las cuerdas al fatigado Pelón, quien al recibir un potente zurdazo se afianzó al cuerpo de su verdugo hasta que lo salvó la campana.

Cada vez más menguado, Domínguez se refugió en una esquina y hasta allí llegó Soto para conectarlo y hacerlo salir por piernas, pero en otro vértice del cuadrilátero El Pelón probó de nuevo los puños del monarca, quien terminó por abrir la herida del lastimado pómulo.

Desde la esquina del retador llovieron líquidos y protestas, mientras que para La Zorrita la contienda tomó una senda tranquila, porque El Pelón, cada vez más endeble, ofrecía menor resistencia. En el octavo capítulo, Soto concedió minuto y medio de tregua para de nuevo concluir en busca de liquidar a Domínguez.

El retador, herido

El Pelón debió ser revisado por dos heridas sangrantes, cercanas al ojo izquierdo, pero el oriundo de Culiacán todavía saltó valiente rumbo al décimo episodio, donde el monarca, con el short lleno de publicidad y propaganda política, se ensañó de nuevo sobre la parte lastimada.

Sólo el orgullo y el pundonor hicieron que Domínguez se fajaran en frenético intercambio de golpes durante el undécimo capítulo, aunque pocas veces su puños parecieron hacer daño a Soto. En el último round el retador echó su resto sobre un esquivo Soto, quien segundos antes del campanazo respondió y también asestó golpes.