Atenas, 15 de mayo. Unas 12 mil personas se manifestaron hoy en el centro de Atenas en contra de las medidas de austeridad y el recorte de pensiones anunciados por el gobierno socialdemócrata del primer ministro George Papandreou.

La protesta, que transcurrió pacíficamente, fue convocada por el Partido Comunista (KKE), luego que la secretaria general de esta formación, Aleka Papriga, llamó a la resistencia y la sublevación. A la protesta se sumaron representantes de otras corrientes políticas y simpatizantes provenientes de diversas partes del país, quienes se concentraron en el centro de la capital para dirigirse hacia el Parlamento.

Los manifestantes portaban banderas rojas y pancartas contra el paquete de austeridad impulsado por el gobierno, para superar la profunda crisis económica que atraviesa el país y que ha amenazado la estabilidad de la zona euro.

Convocan a paro general

El plan del primer ministro griego pretende el ahorro de unos 30 mil millones de euros (37 mil 800 millones de dólares) en tres años a costa de recortes a los salarios y pensiones, pérdida de beneficios laborales y el aumento de impuestos.

La jornada de este sábado fue la primera manifestación pacífica después de la protesta general del pasado 5 de mayo, que tuvo como saldo tres personas muertas y decenas de heridos, luego de que un grupo de inconformes lanzó bombas molotov a un banco en Atenas.

Los principales sindicatos helenos han convocado un paro general de 24 horas para el próximo 20 de mayo –sería el quinto, en lo que va del año– en protesta contra las impopulares medidas del gobierno que incluyen reformas al sistema de pensiones, el retraso de la edad de jubilación y los recortes tanto en los sectores públicos como privados.

Los sindicatos quieren ante todo frenar la reforma de las pensiones, que debe ser aprobada por el Parlamento en junio. Se espera que la medida de presión paralice el tráfico aéreo, marítimo y ferroviario y que los ministerios cierren sus puertas.

Los recortes anunciados por el gobierno de Papandreou fueron la condición que reclamaron la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de aprobar, la semana pasada, el plan de rescate para Grecia por 110 mil millones de euros (unos 140 mil millones de dólares).

El gobierno prometió también luchar contra la evasión fiscal y erradicar la corrupción política para restablecer la confianza de la opinión pública.

Grecia espera recibir en los próximos días 14 mil 500 millones de euros de la comunidad europea, luego de ser transferidos ya 5 mil 500 millones de euros del FMI, para pagar una deuda de unos 40 mil millones de euros hasta finales de año, incluidos 9 mil millones de euros que vencen en 19 de mayo.

La crisis griega ha golpeado la confianza en la moneda única, compartida por 16 de los 27 países de la Unión Europea, generando el temor que se pueda extender a naciones como Portugal, España e Irlanda, avivando el escepticismo de la supervivencia del euro a largo plazo.

Descarta Trichet que el euro esté en peligro

Necesario, prevenir y sancionar negligencias

Dpa y Afp

Berlín, 15 de mayo. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, consideró que los mercados se encuentran en “la situación más difícil desde la Segunda Guerra Mundial.

Los mercados se encuentran sin duda alguna (...) en la situación más difícil desde la Segunda Guerra Mundial, incluso desde la primera, explicó Trichet en una entrevista que publicará el lunes el semanario alemán Der Spiegel.

Hemos vivido y vivimos tiempos verdaderamente dramáticos, añadió, al señalar que a finales de la semana pasada, durante la oleada de pánico de las bolsas europeas, los mercados ya no funcionaban, era casi como cuando la bancarrota de Lehmann Brothers en septiembre de 2008, comparó.

Los pasados 6 y 7 de mayo las bolsas mundiales se desplomaron, justo antes de que la Unión Europea pusiera en marcha un plan de 750 mil millones de euros para la zona euro, a fin de evitar un contagio de la crisis griega a otros Estados en dificultad.

El 6 de mayo los mercados bursátiles atravesaron momentos de pánico, luego que la Bolsa de Nueva York perdió casi mil puntos en menos de media hora, el mayor desplome en su historia en un lapso así. El viernes 14 de mayo también registraron fuertes caídas, encabezadas por la bolsa de Madrid, que cayó 6.64 por ciento.

Es necesario mejorar los mecanismos que evitan y castigan las negligencias y aplicar ese control eficazmente, con las sanciones pertinentes contra todas las violaciones del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, continuó.

El banquero francés subrayó en Der Spiegel, que sale a la venta el lunes, que existe el peligro de un contagio entre los países del euro. Y puede ser extremadamente rápido, a veces cuestión incluso de pocas horas.

Sin embargo, descartó enérgicamente la salida de Grecia de la unión monetaria. Ésa no es una opción posible. Cuando un país entra en la unión monetaria, comparte con el resto de países un destino común, aseveró.

Por otro lado, comparó la situación de la zona euro en la última semana con la vivida al comienzo de la crisis financiera. La semana pasada los mercados ya no funcionaban, era casi como cuando la bancarrota de Lehmann Brothers en septiembre de 2008, opinó.

En ese sentido, llamó a los gobiernos europeos a aplicar a rajatabla los programas de ahorro que se han propuesto. Se han comprometido a acelerar la consolidación de los presupuestos estatales. Saben lo que hay en juego, advirtió el representante del BCE.

Por otra parte, Trichet hizo hincapié en que ni siquiera el plan de estabilización europea aprobado la semana pasada en Bruselas, de un volumen de 750 mil millones de euros, puede tranquilizar los mercados europeos.

El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció que la economía española no alcanzará el crecimiento esperado de 1.8 por ciento en 2008.

De todos modos, Trichet descartó que el euro esté en peligro y aseguró que no se encuentra bajo ningún ataque especulativo.

Además calificó de tonterías las especulaciones que apuntan a que el BCE actuó escuchando peticiones de determinados gobiernos de la zona euro.