Christopher Dudus Coke, de 41 años de edad, dirige desde Kingston un sindicato del crimen que, de acuerdo con la policía local, controla operaciones criminales no sólo en Jamaica sino en todo el Caribe, América del Norte y Reino Unido.

Sin embargo, para muchos jamaiquinos Coke es un benefactor, porque paga para que los hijos de los trabajadores más pobres de la capital, Kingston, puedan ir a la escuela, provee alimentos y, sobre todo, es mediador en contiendas entre pandillas criminales de distintos giros que ante todo respetan a Dudus, señaló este martes la versión online del diario Jamaica Gleaner.

En manifestaciones realizadas el lunes en favor del capo, se leyó una pancarta con el lema “Primero Dios, después Dudus”, según el diario estadunidense The New York Times.

Fuentes del Departamento de Justicia afirman que gran parte de la riqueza de Dudus proviene del tráfico de drogas, y que muchas de las armas ilegales que existen en Jamaica ingresan al país mediante su red criminal.

La prensa estadunidense asegura que Coke tiene vínculos con el gubernamental Partido Laborista, lo que explica que el gobierno jamaiquino haya evitado durante meses hacer frente a la petición de extradición de Estados Unidos.

En un principio, el primer minstro de Jamaica, Bruce Golding, rechazó la extradición de Coke con el argumento de que las pruebas contra el capo fueron conseguidas mediante escuchas ilegales de sus conversaciones por teléfono móvil.

Se sabe que Coke y Golding provienen de la misma circunscripción y que la influencia del capo fue decisiva en el triunfo del actual gobernante en elecciones.

Fiscales estadunidenses describieron a Coke como el líder de la tristemente célebre pandilla Shower Posse, que asesinó a cientos de personas a balazos durante las guerras de la cocaína en la década de 1980. Coke también es acusado de narcotráfico y tráfico de armas.