Un año del incendio en la guardería ABC
ay mexicanos que sentimos mucha vergüenza y dolor al saber todo lo que se puede hacer contra los niños, impunemente, en nuestro país.
Al cumplirse un año, el próximo 5 de junio, del incendio criminal en la guardería ABC de Hermosillo, es necesario nombrar a los responsables de la tragedia que mató a 49 niños y dejó a unos 100 con daños irreversibles.
Propietarios asociados: Marcia Gómez del Campo (familiar de la esposa de Felipe Calderón) y su esposo Antonio Salido, ex subsecretario de Finanzas del gobierno de Sonora; Sandra Téllez y su esposo Alfonso Escalante Hoefer, ex subsecretario de Ganadería del estado de Sonora. Cuatro mexicanos jóvenes, profesionales, con una buena posición económica, que aprovecharon las facilidades del gobierno, a través del IMSS, para lucrar con las madres trabajadoras y los derechos de sus hijos a ser atendidos en una guardería.
Los propietarios de la ABC aparecen en fotos de Internet (con esa sonrisa típica de las buenas conciencias de la derecha); son padres orgullosos de hermosos niños rozagantes que aparecen en sus brazos, de modo que conocían de necesidades y vulnerabilidad de los infantes. Por eso, aunque los supervisores hayan incumplido su deber, es imperdonable que los propietarios no hayan tenido el humanismo de asegurar el bienestar de los pequeños albergados en su infame negocio, carente de salidas de emergencia y de personal capacitado, entre muchas otras fallas.
Funcionarios de alto nivel responsables de la tragedia, tres directores del IMSS: Santiago Levy, que instaló el modelo de subrogación, el cual en sí mismo atenta contra el interés superior del niño y las garantías para los padres trabajadores; Juan Molinar Horcasitas que al frente del IMSS continuó subrogando acríticamente el servicio, y finalmente Daniel Karam, cuyo equipo al igual que el de Molinar Horcasitas no se ocupó de supervisar que el modelo en general, y cada guardería en particular, operaran con los mínimos de calidad y seguridad para los menores. En la pirámide de supervisores irresponsables destaca Carla Rochín, coordinadora general de guarderías subrogadas del IMSS, y en cuyo currículo no hay ningún dato de aptitud para ese puesto, salvo su amistad con la esposa de Felipe Calderón.
Es inconcebible que hasta el día de hoy, la impunidad y el cinismo se hayan impuesto en este caso. Permitirlo y callar nos convierte en cómplices a todos. Debemos exigir castigo para todos los responsables y que se termine con la subrogación de guarderías, por ser un modelo mercantil que pervierte la responsabilidad del IMSS y el derecho de los hijos de los trabajadores a su protección.