Miércoles 2 de junio de 2010, p. 33
Cuernavaca, Mor., 1º de junio. En los 20 días recientes la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha recibido 60 denuncias por tala clandestina en el corredor biológico Chichinautzin, en la zona norte de la entidad. La deforestación, señalaron, propicia que los ventarrones derriben otros árboles, pues se han encontrado unos 70 mil metros cúbicos de madera tirados, informó Juan Carlos Mendoza Leal, delegado de la dependencia.
Los mayores daños por la tala y los vientos se concentran en los municipios de Huitzilac (sobre todo en la comunidad de Coajomulco y la laguna de Zempoala) y Tepoztlán.
“La tala ilegal en Morelos es persistente, pese que vamos a hacer recorridos y operativos en los lugares donde creemos que se presenta más este problema, pero sacan madera todos los días”, aseguró Mendoza Leal.
Asesinato en Huitzilac
La dependencia federal concentra su atención en el poblado de Coajomulco, municipio de Huitzilac, donde un vecino que se dedicaba a cuidar los bosques fue asesinado el 28 de abril, al parecer presuntamente porque denunció ante la Profepa a personas (no reveló nombres) que se dedican a la tala clandestina.
“La persona que mataron (Rubén Flores Hernández) era hijo de Raúl Flores, quien es el segundo del presidente de bienes comunales. No fue un asesinato común, pero las autoridades determinarán quiénes los mataron y por qué.
“Lo cierto es que en esa comunidad los habitantes cuidan los bosques y denuncian a los talamontes. Su papá (Raúl Flores) hizo una denuncia en los primeros días de abril, lo que derivó en un operativo en el cual se decomisaron vehículos”, agregó el funcionario federal.
Pese a este atentado, afirmó, los habitantes siguen cuidando los bosques y denuncian a los depredadores.
En Morelos existen 494 mil hectáreas de áreas protegidas, lo que representa 24 por ciento del territorio estatal.