La posibilidad de dejar atrás los golpes, humillaciones y abusos de que eran víctimas en sus casas y en la calle, donde se refugiaron, llevó a un grupo de 18 jóvenes de entre 15 y 21 años de edad a concluir sus estudios de primaria, secundaria y preparatoria, soñar con ser profesionistas y ofrecer a sus hijos un hogar diferente al que ellos tuvieron.

El secretario de Desarrollo Social del Gobierno del Distrito Federal, Martí Batres Guadarrama, informó que en la ciudad de México existen 3 mil personas en situación de calle, de las cuales 200 son niños y jóvenes menores de 18 años, que requieren apoyo de alimentación y un techo bajo el cual vivir, que se les otorga en el Centro de Asistencia e Integración Social (CAIS) de Coruña, siempre y cuando acepten de manera voluntaria.

Los interesados en estudiar forman parte de un programa de reinserción social mediante el cual aprenden a leer y escribir, concluyen los estudios interrumpidos por huir de su hogar y tienen la posibilidad de continuar con una carrera técnica o universitaria, pues son validados por el Centro de Educación Extraescolar (Cedex-SEP).

En la entrega de certificados a ese grupo de jóvenes, donde estuvo acompañado por el director del Instituto de Asistencia e Integración Social, César Cravioto, y el subdirector del Centro de Educación Básica para Adultos, Raúl Cornejo, expresó la necesidad de empujar más fuerte para lograr la reinserción social de los menores que viven en las calles de la ciudad y cuenten con un instrumento más para defenderse en la vida.

Reconoció que no es una garantía automática de que todo será distinto y mejor al recibir un certificado, pero tienen una herramienta para salir adelante, agregó.

Para María José Morales, de 20 años, contar con un certificado de primaria es una esperanza de regresar con sus hijos de seis y cuatro años, estudiar la secundaria y vivir a su lado de manera diferente a como ella lo hizo al abandonar su casa, por rebelde, y deambular por las calles de la ciudad.

Para Iván Aguilar Ortiz, de 19 años, originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, quien llegó al Distrito Federal hace casi una década en el camión pirata, representa la posibilidad de no volver a las calles, no sufrir más agresiones y abusos, ser respetado y cumplir su sueño de cursar una carrera universitaria, aunque todavía no se decide por cuál.

Hoy, comentó, después de muchos años de vivir en los bajopuentes, coladeras o en los escalones de las puertas, tiene una vivienda, que comparte con otros dos compañeros del CAIS, y paga con su trabajo en una herrería. Mi vida es otra y voy a seguir adelante, y cuando tenga hijos éstos vivan en un ambiente de felicidad, sin golpes, que los obliguen a dejar la casa, añadió.

Mejoramiento barrial

Por otra parte, la dependencia informó que se aprobaron 209 proyectos del programa Comunitario de Mejoramiento Barrial este año, con una inversión de 101 millones de pesos.