Chicago, 6 de junio. La lucha contra el cáncer de mama, el segundo más frecuente del mundo detrás del de pulmón y primero en las mujeres, continúa progresando pero con algunos retrocesos, según las investigaciones presentadas el pasado fin de semana en el congreso más importante sobre el ese mal que se realiza en Chicago.

El progreso más interesante se registró en las formas avanzadas de cáncer de mama, contra las cuales las pacientes no tienen opción de tratarse con otra terapia cuando la estándar se agota.

Un derivado de una esponja de mar permite prolongar la vida de estas pacientes.

Este componente sintético, llamado Eribulin masylate, imita al que se encuentra naturalmente en las esponjas y que impide la división celular.

Este ensayo clínico internacional, llamado EMBRASE, compara por primera vez los efectos del Eribulin con el tratamiento clásico para combatir un cáncer de mama localizado, pero recurrente o que haya sufrido una metástasis.

Ensayo clínico

Las 762 participantes en el ensayo clínico habían sido sometidas a cuatro quimioterapias.

Estos resultados son prometedores porque hasta ahora no había ningún tratamiento tipo para las enfermas de cáncer de mama avanzado o para aquellas en las que ya habían fracasado las terapias conocidas, explicó el doctor Christopher Twelves, principal autor del estudio y profesor de farmacología clínica del cáncer en la Universidad de Leeds, en Gran Bretaña.

Twelves presentó estos trabajos el domingo, durante la 46 conferencia anual de la Sociedad Estadunidensede Clínica del Cáncer, reunida en Chicago.

Por otro lado, un estudio clínico presentado el sábado reveló una técnica de radioterapia preoperatoria en el seno.

Este ensayo clínico internacional, que duró 10 años y fue bautizado TARGIT, mostró la eficacia de una irradiación parcial del seno. Las sesiones de radiología que actualmente duran entre tres y seis semanas podrían remplazarse por un tratamiento único de 30 minutos.

Si bien las noticias de la conferencia se mostraron alentadoras, algunas investigaciones ensombrecieron el panorama el domingo.

Una mostró que la ablación de los ganglios linfáticos bajo el brazo –método común– no aumenta la supervivencia de las pacientes de cáncer de mama de propagación limitada.

Otro estudio, realizado en más de 5 mil 500 mujeres, reveló la inutilidad de las pruebas para identificar micro metástasis en los ganglios y la médula ósea con la finalidad de predecir la evolución de un cáncer de mama precoz.

Por último, una búsqueda comparativa reveló que más de 12 por ciento de las mujeres cuyo cáncer de mama hizo metástasis en el hígado sufrían un cambio de las características biológicas de su tumor inicial, por lo que necesitaban modificar el tratamiento.

En la reunión también se informó que el uso prolongado del fármaco Avastin, del fabricante suizo Roche Holding AG, junto con quimioterapia, ayuda a que las mujeres con cáncer de ovarios avanzado vivan más sin que el mal empeore.

La prueba, realizada por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, descubrió que las mujeres que reciben Avastin y quimioterapia, seguido por un uso sostenido del fármaco, tienen 39 por ciento de mejora en la calidad de vida sin que el cáncer empeore, comparado con sólo la quimioterapia.

Mujeres que continuaron el tratamiento con Avastin vivieron en promedio 14.1 meses sin que el cáncer creciera, comparadas con 10.3 meses para mujeres que sólo recibieron quimioterapia.

Fortalecer el sistema inmunológico

Asimismo, investigadores comentaron que el ipilimumab, del laboratorio Bristol-Myers Squibb, y el tremelimumab, de Pfizer, fármacos experimentales que buscan luchar contra cáncer mejorando el sistema inmunológico, tenían el peculiar efecto de poner completamente blanco el pelo a sus pacientes.

Todos a los que el cabello se les volvió cano tuvieron una respuesta completa al tratamiento, lo que significa que sus tumores ya no eran visibles en los escáneres. Eso sugiere que el pelo blanco podría ser un signo temprano de que las drogas funcionarán contra el mortal cáncer de piel.

Comenzamos a ver la despigmentación de seis meses a un año después de iniciar la terapia, afirmó la doctora Anna Pavlick, directora del programa de melanoma del Centro Médico Langone, de la Universidad de Nueva York, que ha tratado con ipilimumab o tremelimumab a 48 pacientes.

Ambas son versiones manipuladas de anticuerpos humanos y están diseñadas para bloquear el CTLA-4, molécula del sistema inmune que trabaja para mantener éste bajo control.