La Habana, 16 de junio. El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, describió hoy como fluida, profunda y constructiva la relación del gobierno de su país con la Iglesia católica, mientras que su homólogo del Vaticano, el arzobispo francés Dominique Mamberti, dijo que espera fortalecer ese diálogo con su visita oficial y pastoral de cinco días a la isla caribeña.

Ambos sostuvieron conversaciones oficiales y luego hablaron con la prensa. Naturalmente nos felicitamos por el diálogo que está ahora en curso y espero que se fortalezca también con mi visita, dijo Mamberti.

Después, al aludir a la liberación de un opositor preso y la reubicación de otros 12 en cárceles de sus lugares de origen, añadió: Es muy importante, ya se ven los frutos de esto, también me felicito.

El secretario para las Relaciones con los Estados llegó a La Habana el pasado martes y esta noche asistió a un concierto por los 75 años de relaciones diplomáticas entre Cuba y el Vaticano.

Por la tarde, Mamberti inauguró la décima Semana Social Católica con una conferencia sobre la laicidad del Estado, que tuvo un tono doctrinario, sin alusiones a la situación de la Iglesia local.

El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal italiano Tarcisio Bertone, había visitado Cuba en febrero de 2008, en un ambiente que ya era de diálogo creciente entre la jerarquía católica y el gobierno, pero en ese momento el enviado pidió en público mayores libertades religiosas en la isla.

Siempre en un ambiente de progresiva mejoría en las relaciones entre las autoridades cubanas y el clero, la diferencia de matiz entre ambos discursos refleja las nuevas coordenadas: los temas domésticos se han trasladado a la agenda abierta entre el gobierno y los obispos de Cuba, con el respaldo del Vaticano, que a su vez se desplaza más hacia la relación entre estados.

En la conferencia de prensa, el canciller Rodríguez dijo que Mamberti había llegado en un momento favorable, que describió así: Apreciamos el papel constructivo de la Iglesia (...) y vemos todas las condiciones para que, en plena observancia de la Constitución cubana y de nuestras leyes, que aseguran plena libertad religiosa y el papel de la Iglesia católica en Cuba, continúen estos fructíferos intercambios.

El ministro de Relaciones Exteriores cubano no se refirió a la cuestión de los opositores presos en cárceles de la isla.