Quieren conservar tradición de 30 años
Viernes 18 de junio de 2010, p. 35
Un grupo de libreros que el viernes de la semana pasada fue desalojado de las inmediaciones del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF) pidieron la protección de la justicia federal ante el juzgado quinto de distrito en materia administrativa, a fin de conseguir un amparo que impida romper una tradición de más de 30 años
de vender libros jurídicos a las afueras de las instalaciones de los juzgados y tribunales capitalinos, señalaron.
Pedro Mora, uno de los vendedores afectados con el desalojo e integrante del grupo de Promotores Permanentes de la Cultura Jurídica en México, informó que el juez Rafael Franco Flores dio entrada a la demanda de amparo de varios de los libreros y fijó para el próximo 23 de junio la audiencia constitucional a partir de la cual determinará si da la razón a los quejosos para que puedan seguir vendiendo sus libros en esa zona de la delegación Cuauhtémoc.
En entrevista con La Jornada, Mora dijo que el viernes pasado personal de la delegación Cuauhtémoc los desalojó violentamente
de la explanada del TSJDF con el argumento de que ya no pueden vender debido al reordenamiento que lleva a cabo la demarcación, a pesar de que cuentan con un amparo definitivo otorgado en 1983 por el juzgado segundo de distrito en materia administrativa.
El viernes fuimos agredidos por personal de vía pública y reordenamiento de la delegación Cuauhtémoc; se llevaron parte de nuestra mercancía y algunos compañeros resultaron lesionados
, destacó Pedro Mora.
Comentó que la semana pasada algunos comerciantes fueron reubicados sobre Doctor Navarro, entre Doctor Jiménez y Doctor Vértiz; sin embargo, “las ventas no son las mismas, pues han bajado más de 70 por ciento, lo que pone en riesgo el trabajo del que dependen más de 80 familias.
Pedro Mora, quien muestra fotos y videos de las agresiones, consideró injusto que sean reubicados después de tantos años de vender en los dos sitios donde ha estado el tribunal (Niños Héroes y avenida Juárez).
Entre los clientes de esos comerciantes de libros destacan ministros de la Suprema Corte, magistrados, jueces y abogados.