El Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), en San Agustín Etla, Oaxaca, permanece cerrado desde la semana pasada, debido a un bloqueo de calles, resultado de un problema comunitario en el que han querido involucrar al artista Francisco Toledo, principal impulsor de esa iniciativa educativa.

Un grupo de artistas y trabajadores de la cultura envió una carta a La Jornada, en la cual solicita que cese el acoso al maestro Toledo, y que las autoridades responsables hagan lo pacíficamente necesario para que la calma se restablezca para los habitantes de San Agustín Etla y quienes estudian en CaSa.

El problema, que es añejo, tiene sus raíces en el lugar donde se encuentran las instalaciones de CaSa, una antigua fábrica textil adquirida por el gobierno estatal y un grupo que formamos, Amigos de los Archivos y Bibliotecas de Oaxaca, porque cuando se compró ese espacio se pensó que allí podía estar el archivo histórico de Oaxaca, expresa Toledo.

Hubo inconformidad de los ex trabajadores, porque según ellos, la persona que los representaba no les dio lo que deberían haber recibido. Por otro lado, esa persona dijo que muchos no habían trabajado los años que aseguraban.

Francisco Toledo recuerda que el inmueble se compró ante notario público y participó el gobierno de estado: Inclusive, he querido dar la parte que me corresponde para que ya no sea el centro de los ataques. Recordó que el gobierno federal también ayudó a la reconstrucción del edificio.

No puede llegar al CaSa

–¿El acoso es sólo mediante artículos periodísticos?

–También en la población hemos recibido amenazas; de hecho, ahorita CaSa está cerrado; ya no puedo llegar al lugar.

Francisco Toledo, artista y promotor cultural, en el patio de su taller, en la ciudad de OaxacaFoto Ezequiel Leyva

La presente situación la avivó un problema en el bosque causado por una plaga llamada gusano barrenador o descortezador, explica Toledo: el comisariado de bienes comunales, encargado de los bosques, pidió permiso a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para talar y así controlar la plaga.

Se le otorgó el permiso, pero entonces la presidencia municipal dijo que no, que no debía cortarse. Se dividió el pueblo en dos partes. En el problema entramos nosotros, porque se compró ese espacio y los inconformes están de un lado y están presionando para que se corten los árboles y, bueno, ya hubo muertos.

De acuerdo con la carta enviada a este diario, a Toledo lo han querido responsabilizar, sin motivo, de la muerte del señor Zenén Matadamas.

Al respecto, Toledo dice tener 12 o 15 años en San Agustín; entonces, he tratado con muchas autoridades y comisariados, pero siempre sin tomar partido y ayudando en lo que se pueda para resolver algunos problemas.

Para su funcionamiento, CaSa depende del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y del Instituto Oaxaqueño de Cultura –Toledo también aporta algo–, entonces, a ellos debería preguntarse cuál es el futuro del centro ante la presente situación o qué va a pasar, dice el artista en entrevista, aunque reconoce: más que decir, me gustaría que se hiciera algo, que hiciéramos algo si tenemos que hacerlo entre todos o simplemente, si es prudente esperar, esperamos. Pero, bueno, no sé cuánto tiempo. Respecto a la dificultad de sentar a las dos partes, Toledo anota: Todo Oaxaca está muy violentado, hay problemas en las comunidades y éste es uno de tantos.