Sociedad y Justicia
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Algunas farmacias etiquetan algunos productos con precio único, lo que viola la NOM del sector

Buscan extranjeros imponer costos de medicinas y frenar descuentos

Ni la Ssa ni el organismo antimonopolio hacen nada; la ley en la materia sólo considera precio final

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Con el etiquetado de precio único, los laboratorios extranjeros buscan retomar el control de las cotizaciones en el mercado nacional, señalan a este diario fuentes del sectorFoto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de junio de 2010, p. 36

Laboratorios médicos trasnacionales comenzaron a modificar la política de precios de venta al público, contra una disposición oficial vigente sobre etiquetado de medicamentos y sin que las autoridades del sector realicen acciones para contenerlos, de acuerdo con información recabada por este diario.

En algunas farmacias de centros urbanos empezaron a aparecer fármacos en cuyas cajas fue colocada una leyenda –en apariencia sin importancia– en la que se establece un precio único de venta al público de los productos, que van desde tratamientos para enfermedades gástricas hasta los empleados para controlar la presión arterial.

Ofrecer al público productos con un precio único viola la norma oficial mexicana (NOM) para el etiquetado de medicamentos, confirmó a La Jornada la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), cuando fue consultada sobre este tema.

Aseguró que procede realizar una investigación contra el o los laboratorios que incumplan la NOM para etiquetado de medicamentos, vigente desde 2000.

Hasta ahora, las medicinas que el público adquiere en las farmacias están marcadas con un precio máximo de venta. El establecimiento suele ofrecer un descuento al consumidor final, que va de 20 a 30 por ciento sobre el valor máximo marcado en la etiqueta, práctica que prevalece en el país desde mediados del siglo pasado, cuando algunos empresarios rompieron el control de los laboratorios trasnacionales que impedían ofrecer rebajas.

Me parece que lo que está ocurriendo es más una estrategia de vínculo entre algunos comercializadores muy poderosos con los laboratorios para bloquear la competencia de precios, comentó a este diario Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, organismo civil.

El público se enfrenta a un incremento de facto en la cotización final cuando el laboratorio o la farmacia deciden hacer valer un precio único en vez del precio máximo, como constató este diario.

Uno de los casos confirmados por La Jornada es el de Atacand Plus, producido por el laboratorio AstraZeneca e indicado en el tratamiento de la presión arterial elevada o hipertensión. En una caja con 28 tabletas fue colocada –al frente y de manera visible, sobre un fondo rojo– la leyenda precio único; en este caso, de 495 pesos. Es la misma cantidad que viene marcada en un costado del empaque como precio máximo. Al ser fijado un valor único, el vendedor final no podrá ofrecer descuento al consumidor, como ocurría hasta hace poco.

También fueron localizadas cajas de Losec A20, indicado para tratar padecimientos gástricos –producido por AstraZeneca– con la leyenda de precio único. Una caja de este fármaco fue adquirida en una sucursal de Farmacias del Ahorro en la colonia Bosques de Chapultepec, del Distrito Federal, al precio único de 111 pesos.

El laboratorio trasnacional –formado en abril de 1999 de la fusión entre una firma sueca y otra inglesa– no respondió a una solicitud de información sobre el motivo que lo llevó a ofrecer sus productos con un precio único. Dicha solicitud fue hecha por medio de su página de Internet, el pasado 7 de junio a las 13:40 horas.

El año pasado, AstraZeneca modificó su política de venta de medicamentos con el objetivo de reducir el precio final al público en alrededor de 20 por ciento. El cambio consistió en disminuir el margen de ganancias y comisiones a las farmacias. Algunas cadenas, como Farmacias San Pablo, dejaron de vender productos de ese laboratorio.

El juego de pasar la bolita

Consultada oficialmente por este diario, la Secretaría de Salud respondió que no es de su competencia opinar sobre la decisión de laboratorios de vender los fármacos a precio único. Es asunto de la Cofepris, indicó la dependencia. Respuesta similar se recibió de la Comisión Federal de Competencia, el organismo antimonopolio del Estado mexicano.

Por su parte, la Cofepris dejó en claro que los medicamentos que se venden en México deben llevar forzosa y únicamente la leyenda precio máximo.

La norma oficial mexicana NOM-072-SSA1-1993 sobre etiquetado de medicinas, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de abril de 2000, establece en su artículo 5.16: “el envase que se presente al consumidor deberá llevar la leyenda ‘precio máximo al público’, seguido del importe que corresponda, en caracteres legibles e indelebles”.

Autoridades de la Secretaría de Economía, de la Cofepris y de la Comisión de Mejora Regulatoria (Cofemer) trabajan actualmente en modificar la NOM sobre etiquetado de medicamentos en lo relativo a la leyenda de precio máximo. La Secretaría de Economía es cercana a la posición de los laboratorios de modificarla por precio único, posición que no comparte la Cofepris, según comentó.

En unas semanas más, la propuesta de cambiar la leyenda a precio único será puesta a discusión por la Cofemer, como es usual cuando se trata de modificar normas regulatorias o crear otras. Ese proceso dura 90 días y en él pueden opinar instancias del gobierno, del sector privado, de la academia, los interesados de la industria y el público en general. Una vez concluido el debate, la norma pasa al proceso de elaboración final y publicación.

“Mientras esté vigente la actual norma oficial, los medicamentos deben llevar la leyenda ‘precio máximo’, y si no es así existe una violación a la regulación”, indicó la Cofepris.

Un empresario que participa en el sector de venta de fármacos, que habló con La Jornada a reserva de no citar su nombre, opinó que detrás de la decisión tomada por AstraZeneca, otros laboratorios trasnacionales tienen planes de imponer dicha práctica. En sí misma puede no ser mala. El problema es que buscan un control oligopólico del mercado, evitar que se hagan descuentos al público y ser ellos los que decidan las cotizaciones en las farmacias. Es decir, quieren acabar con la competencia.

Según ese empresario, con intereses en el mercado de medicamentos en varias partes del país, el precio único en medicinas afecta al más pobre, que no recibirá descuentos, en un gasto que es por demás pesado en el presupuesto de las familias, es decir, la compra de medicinas. Aquí hay voracidad de los laboratorios trasnacionales y complicidad de las autoridades, que no son capaces de frenarlos, dijo.

Un estudio publicado por el Instituto Nacional de Salud Pública da cuenta del peso que tiene el gasto en medicinas en el presupuesto de las familias. En 10 por ciento de los hogares más pobres del país se utiliza 9.6 por ciento del total del ingreso en adquirir bienes y servicios de salud, más del doble –4.5 por ciento– de lo que destina 10 por ciento de los hogares más ricos.

El gasto de las familias se divide en tres grandes rubros: productos medicinales y farmacéuticos, servicios médicos y paramédicos no hospitalarios y servicios hospitalarios. El gasto en fármacos concentra 38 por ciento del gasto de las familias en salud, la atención ambulatoria 43 y la atención hospitalaria 18 por ciento, de acuerdo con el estudio Gasto privado en salud por entidad federativa en México, publicado por Salud pública de México, del Instituto Nacional de Salud Pública.

Los hogares más pobres de México destinan 56 por ciento de su gasto en salud a la compra de medicamentos, mientras en los más ricos este porcentaje fue de 31 por ciento, según la publicación. Una alteración en el costo deja sin posibilidad de compra de medicinas a los consumidores de menor ingreso.