Los matadores mexicanos levantaron cosecha de cinco orejas la semana pasada
David Silveti, aún con herida suturada, estuvo enorme ante novillos en feria de Barcelona
Lunes 28 de junio de 2010, p. a46
Buena para los matadores mexicanos que andan en Europa resultó la semana que terminó ayer. Arturo Macías, Joselito Adame y Uriel Moreno El Zapata levantaron una cosecha de cinco orejas, aunque no todas, por supuesto, de la misma importancia.
Macías actuó el miércoles en Alicante y el sábado en Burgos y de cada una de esas plazas se llevó un apéndice auditivo, con los cuales suman ya tres los que ha cortado en las siete corridas de su campaña por el viejo continente, con un saldo negativo de dos cornadas grandes.
Por su parte, saliendo poco a poco de la oscuridad inexplicable en que lo mantienen ocultos sus apoderados, el niño prodigio de Aguascalientes, Joselito Adame, compartió el cartel y los sabores del triunfo con Julián López El Juli, cuando ambos, anteayer en Soria, cortaron cada cual una oreja, tras despachar un imponente encierro de castaños bocineros del hierro de Martín Lorca.
También anteayer, sábado, pero en la localidad francesa de La Brede, un pintoresco poblado entre Nimes y Arles, el tlaxcalteca Uriel Moreno El Zapata se lució ante dos ejemplares de la ganadería de Adelaida Rodríguez, tras matar al primero de los cuales fue llamado al saludar al tercio, y superándose en todo frente al segundo, al que le cuajó un faenón, cortó dos orejas y salió a hombros.
Ayer por la tarde, todavía con los puntos de sutura sobre la cornada que recibió hace ocho días en Sevilla, Diego Silveti, el hijo del rey David, estuvo enorme ante los novillos que le tocaron en suerte para la feria de san Pedro en la Monumental de Barcelona, donde realizó dos buenas faenas, que sin embargo a la hora de la verdad enfriaron al público e impacientaron al juez, quien en cada caso le tocó un aviso, por lo mucho que tardaron las reses en doblar dada la deficiente colocación del estoque.
De este lado del Atlántico, donde todo es quietud en materia de espectáculos taurinos, ayer ni siquiera abrió sus puertas la Plaza México, porque la empresa de Rafael Herrerías calculó que tras la victoria de la selección nacional sobre la de Argentina, en Sudáfrica, los habitantes capitalinos se volcarían a las calles a festejar el ansiado cumplimiento de las promesas de Javier Aguirre, los expertos de la televisión y la marcas patrocinadoras.
Pero como las cosas en esta ocasión, excepcionalmente, no se dieron de acuerdo con lo que se esperaba, pues no hubo celebraciones en la vía pública pero tampoco la que hubiera sido la cuarta novillada de la temporada chica 2010. Ni modo...