Opinión
Ver día anteriorMiércoles 14 de julio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Isocronías

Comprensión

¿L

a gente escribe más ahora que antes? ¿La gente se escucha mejor ahora que antes? Escribe más, sin duda. No creo que la respuesta a la segunda pregunta sea positiva. No creo, no lo sé. Pienso que por lo contrario se escucha mucho menos. Acaso porque para escucharse deba gritar. Los comentarios que en Internet suelen colear ciertas notas de los diarios tienden a evidenciar tal necesidad. Necesidad hay, desde luego, en cualquiera de nosotros, de ser escuchado, mas para ello lo primero es escuchar. A uno mismo, a los demás.

El lenguaje, finalmente, es armonía. El teatro, a mi parecer, se la pasa diciéndolo. Falta de entendimiento, que es falta de escucha, es tragedia, es comedia, es drama, es farsa, etcétera. Teatro es conflicto, se sabe. Menos se sabe que expone la falta de atención a la voz y por supuesto a las palabras de los otros.

No en el actor, es cierto, no en los actores (en los buenos), no en los buenos teatreros (dedíquense a lo que se dediquen en el teatro), sí en los personajes. Toda la enseñanza del teatro, bien pudiera decirse, es: espectadores, todos nosotros, ¿qué tal si nos escuchamos?, ¿qué tal si nos entendemos?

Surgen aquí otras dos preguntas. La primera, sencilla de responder (ahí la maestra es la historia), es ¿si no, qué pasa? La segunda, mucho más difícil: ¿se podrá? Babel dice que no. La poesía que a veces. El arte (y sabe que miente, pero ese es su trabajo: a través de mentiras decir una verdad) que siempre.

Mas hablábamos de escribir. La gente ahora se ve más obligada que en otras épocas a escribir. No lo está; se ve. Pero escribe. ¿Y atiende a las palabras? ¿Y atiende al espíritu de las palabras? O, como dijo alguien, al espíritu de la letra. Seguro, sea como sea, sigue leyes del lenguaje. ¿Le interesan?, ¿las intuye?, ¿las respeta? De escuchar sus propias palabras, de en serio escucharse (dicho llanamente, de no ser verborreico o rollero o manipulador), sí, sí, sí.

Y si es así, es probable que en la escritura encuentre no sólo su expresión y la de los demás, sino el sentido mismo de las palabras, del lenguaje. Que comprenda. ¿Comprenda qué? Que algo le dice lo que sabe, y que ese algo tan suyo como de cada uno como de todo mundo, como de todo el mundo, es.