El documento sería autónomo del gobierno, expresan legisladores
Miércoles 14 de julio de 2010, p. 8
El gobierno federal aceptó la iniciativa del Congreso de impulsar un sistema nacional de identidad –autónomo– donde se aglutinen los datos personales de la población, se garantice la confidencialidad y se extienda una nueva cédula de identidad.
A la instalación del grupo plural encargado de dar seguimiento al proyecto asistieron el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont; Leonardo Valdés, presidente del Instituto Federal Electoral; el senador Jesús Murillo Karam y los diputados Canek Vázquez, Pablo Escudero, María Esther Scherman, Porfirio Muñoz Ledo, Guadalupe Reyes y Carlos Flores Rico.
Los participantes, incluido el titular de Gobernación, coincidieron en despojar a esa dependencia de la responsabilidad de controlar los datos personales de la ciudadanía.
Canek Vázquez (PRI), presidente del grupo plural, adelantó que del trabajo legislativo nacerán reformas legales como consecuencia de haberse escuchado todas las posturas interesadas, porque es necesario para México un proyecto de Estado y no del gobierno en turno.
El grupo de trabajo depurará el proyecto de cédula de identidad anunciado por el Ejecutivo en julio de 2009. Las lagunas y deficiencias del proyecto original movilizaron a múltiples voces en contra del mismo, pero no para boicotearlo sino para depurarlo hasta convertirlo en un verdadero proyecto de Estado y no del gobierno en turno. Todos estamos en favor de un documento de identidad jurídica que sea único e infalsificable. Lo que se le reprochó al Ejecutivo federal fue la improvisación, la premura y los alcances excesivos de la versión original de su proyecto.
La presencia de Gómez Mont convocó a decenas de reporteros que buscaron al funcionario para conocer su opinión sobre los rumores que lo ubican fuera de Bucareli. Éste, con desparpajo, comió galletas y pasó la mayor parte del tiempo conversando con Jesús Murillo Karam, con quien en algún momento rió divertido. El secretario se mostró desenfadado y cuando Leonardo Valdés se dirigió a los presentes lo ignoró de principio a fin.