Miércoles 14 de julio de 2010, p. 38
Verónica contrajo la influenza A/H1N1 en marzo pasado. Llegó al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) en situación crítica causada por la falta de oxigenación de su organismo. En unas horas sus pulmones colapsaron, pero logró salir adelante gracias a la atención médica que recibió, por la cual durante los siguientes días pudo retomar sus actividades escolares en su cama del hospital.
La niña, de apenas 10 años, cursaba el cuarto grado de primaria cuando la enfermedad la sorprendió y la mantuvo hospitalizada durante un mes. En su escuela la ayudaron con una guía de estudios y en el INER tuvo el apoyo de una maestra que forma parte del programa Sigamos aprendiendo... en el hospital.
Ayer, el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, entregó diplomas a algunos de los más de 17 mil niños que por causa de alguna enfermedad grave han tenido que pasar varias semanas e incluso meses internados, y que han continuado sus estudios en alguna de las 57 aulas instaladas en nosocomios de 28 entidades de la República.
Destacó que la estrategia se ha podido realizar con el apoyo de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Así como las dependencias trabajan juntas para combatir el sobrepeso y la obesidad que afecta a los menores, mediante acciones encaminadas a tener alimentos más saludables en las escuelas, también colaboran para que los niños enfermos no tengan que suspender totalmente su educación, indicó.
Reconoció las actividades que en esta misma ruta realizan los institutos Mexicano del Seguro Social y de Seguridad y Servicio Sociales de los Trabajadores del Estado.
Antes, la niña Juliana agradeció a las autoridades de la Ssa y la SEP, así como a las fundaciones privadas que hacen posible el programa. No pierden dinero ni tiempo
con la inversión que se realiza para que los niños puedan estudiar, les dijo.
También para Diego Alberto dicho programa ha sido un apoyo, pues desde hace dos años, cuando le diagnosticaron leucemia, ha tenido que pasar varias semanas en el hospital. Hasta ahora no ha logrado incorporarse a una escuela porque apenas lo inscribimos y cae enfermo
, comentó su mamá.
A Diego, de siete años, lo atienden en el Hospital del Niño de Pachuca, Hidalgo. Ahora está mejor, y aunque todavía le falta un año de tratamiento, al menos ha podido estudiar un poco con la ayuda de una maestra que lo pone a leer y a hacer sumas, restas y multiplicaciones, indicó la señora.