Bajar 25% las infecciones y que 85% sea tratado, ejes del plan
Miércoles 14 de julio de 2010, p. 41
Washington, 12 de julio. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el lunes una estrategia de lucha contra el sida que busca bajar la tasa de contagio en 25 por ciento, hacer pruebas a 90 por ciento de los infectados y que 85 por ciento de los pacientes tenga tratamiento inmediato.
El nuevo plan también se fija el modesto objetivo de conseguir que 20 por ciento adicional de los mayores grupos de riesgo –gays, bisexuales y personas de raza negra– sean tratados con medicamentos para controlar sus infecciones.
A menos que tomemos acciones audaces, enfrentaremos una nueva era de aumento en las infecciones, mayores desafíos para el tratamiento de las personas que viven con VIH, y costos más elevados en los servicios de salud
, sostiene el reporte.
Estados Unidos debería ser capaz de reducir el número anual de nuevas infecciones en 25 por ciento, desde 56 mil 300 a 42 mil 225 anuales para el año 2015, sostiene el plan.
La estrategia propone reducir la tasa de transmisión del VIH en 30 por ciento. Actualmente, 5 por ciento de los pacientes con VIH infectan a otra persona, y el plan busca reducir la tasa a 3.5 por ciento.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés) dicen que 79 por ciento de las personas infectadas con el VIH sabe que lo tiene.
La estrategia busca incrementar esta tasa a 90 por ciento. Para este fin, el plan llama a que la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) convierta en alta prioridad la revisión de nuevas pruebas de diagnóstico del VIH. También se compromete a que 85 por ciento de los nuevos pacientes diagnosticados reciban tratamiento con un doctor o en una clínica en un periodo de tres meses. Hoy sólo 65 por ciento de los infectados recibe tratamiento con esa rapidez.
El texto del plan indica que el Congreso y las legislaturas estatales deberían considerar la implementación de leyes que promuevan las prácticas de salud pública y enfatizan la mejor evidencia existente para la prevención del VIH en las minorías sexuales
.
Más de 1.1 millones de personas en Estados Unidos están infectados con el VIH, de acuerdo con los CDC.