París, 15 de julio. El jugador francés Nicolas Anelka, cuya expulsión de la selección gala durante el Mundial 2010 por haber insultado al técnico Raymond Domenech fue el detonante de varios escándalos, justificó su proceder. Aseguró que la situación era tensa y por algún lado tenía que estallar.

En declaraciones al diario France Soir, señaló: De no haberlo insultado yo, lo habría hecho otro. Todos en el equipo éramos de la misma opinión.

El delantero del Chelsea contradijo además informaciones de medios de comunicación, en el sentido de que los cabecillas del equipo francés en Sudáfrica habían forzado a los jugadores jóvenes a sumarse al boicot a un entrenamiento, con el cual les bleus protestaron contra la expulsión de Anelka.

Todos, y quiero decir absolutamente todos, fueron solidarios. Si hubo alguno que quería entrenar, que lo diga ahora, pero estoy seguro al ciento por ciento que nadie lo hará, explicó.

Francia, campeón del mundo en 1998 y finalista en 2006, tuvo una pobre actuación en Sudáfrica, que derivó en tormenta mediática en el país galo, en la que intervinieron varios políticos, entre ellos el presidente Nicolas Sarkozy.

Pese a que llovieron las críticas, Anelka aprovechó su defensa para atacar especialmente al ex internacional Bixente Lizarazu, quien entre otras cosas había dicho que en Sudáfrica todos perdieron la cabeza. Lo mejor sería que se callara, replicó, y añadió: Lizarazu, ¿quién es ahora?

Según France Soir, Anelka todavía está furioso, pese a disfrutar actualmente sus vacaciones en Bali con su mujer y sus dos hijos.

Otro francés que estuvo en el Mundial 2010, Thierry Henry, anunció su retiro del representativo galo.

La llevé puesta 123 veces, siempre me emociona ponerme la camiseta azul, pero hay que saber retirarse y los jóvenes empujan, dijo en el estadio Red Bull Arena, de la liga estadunidense de futbol, donde jugará ahora.