La equiparación de las normas oficiales mexicanas (NOM) con los lineamientos técnicos de Estados Unidos y Canadá pone en riesgo la viabilidad de los laboratorios mexicanos que verifican el funcionamiento de los aparatos eléctricos y electrónicos que ingresan al país, aseguraron representantes del gremio.

En entrevista con La Jornada, aseguraron que la medida, impulsada por la Secretaría de Economía (SE), provocaría pérdidas de hasta 80 por ciento en los ingresos de los laboratorios y eliminaría gran parte de los 5 mil empleos directos e indirectos de estos establecimientos.

Además, consideraron que si bien es cierto que la equivalencia de las normas disminuiría los costos para las empresas extranjeras que envían productos a México (debido a que sólo tendrían que cumplir las regulaciones de su país sin volver a certificar aquí), el impacto en los precios será mínimo.

Jorge Amaya Sarralangui, director técnico de la Asociación de Normalización y Certificación (Ance), explicó que las verificaciones mexicanas tienen una repercusión de apenas 0.001 por ciento en el precio final de los productos, por lo que descartó que la medida realmente vaya a facilitar el acceso de los consumidores mexicanos a dichos bienes.

Además, los especialistas manifestaron que los montos que cobran los laboratorios mexicanos son irrisorios, si se comparan con los de organismos de certificación estadunidenses y canadienses.

Los estadunidenses y canadienses se ríen de los precios que tenemos aquí, señaló Xicoténcatl Gómez, de Labintec, organización especializada en pruebas a conductores eléctricos y artefactos de baja tensión.

En el encuentro, en el que participaron presidentes e integrantes de laboratorios especializados en diversas áreas, los dirigentes externaron su preocupación porque hasta el momento no han sido consultados por las autoridades para conocer su opinión respecto de la iniciativa, pese a que, dijeron, serán los principales afectados.

Armando Tepichin Islas, de Inpros, resaltó que, de aplicarse la medida, el país incrementaría su dependencia tecnológica.

En una carta envidad al titular de la Secretaría de Economía, Bruno Ferrari, los laboratoristas expusieron que si se debilita aún más la infraestructura técnica en México, se frenaría el crecimiento del sistema metrológico y de pruebas de las normas.

Dependeríamos de laboratorios de otros países no sólo para verificar el cumplimiento con la regulación que proteja al consumidor, sino para apoyar a nuestras empresas a innovar, al desarrollo tecnológico y de investigación y para poder exportar a otros países.

Por separado, el presidente de la Entidad Mexicana de Acreditación, Francisco Reed Martin del Campo, manifestó su desacuerdo con la medida y propuso continuar trabajando con Estadios Unidos y Canadá en la armonización de normas, que es muy diferente a declararlas equivalentes.

Durante su participación en el quinto Simposium latinoamericano de la energía, indicó que sería para colmo una cesión gratuita de México a cambio de nada, pues ni siquiera pedimos reciprocidad de trato como lo marca el Tratado de Libre Comercio, además de que el país estaría mucho más expuesto a la penetración de productos asiáticos con falsos certificados muy difíciles de detectar y detener en la frontera.

Trascendió que, pese a las protestas de los laboratorios encargados de la verificación de las normas oficiales mexicanas, la Secretaría de Economía publicará este lunes el acuerdo de equivalencias con Estados Unidos y Canadá.