Cultura
Ver día anteriorMiércoles 11 de agosto de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Confirmaría que el Templo de Quetzalcóatl estuvo dedicado al poder político y el tiempo

El hallazgo del túnel en Teotihuacán fortalece hipótesis de los arqueólogos

Remite a la búqueda de tumbas de los gobernantes e involucra decenas de sacrificios humanos

Investigar ese recinto nos lleva a la necesidad de superar el nivel descriptivo: Sergio Gómez

Foto
Panorámica del Templo de QuetzalcóatlFoto Cortesía del INAH
 
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de agosto de 2010, p. 5

El reciente hallazgo del túnel cercano al Templo de Quetzalcóatl es parte de una serie de descubrimientos sin precedente, los cuales llevarían a confirmar que el edificio estuvo dedicado al poder político, al calendario y al tiempo.

Como adelantó La Jornada (3/8/10) sobre el descubrimiento del túnel y la serie de cámaras que probablemente conducirían a las tumbas de gobernantes teotihuacanos, hace unas décadas fueron descubiertos guerreros sacrificados y enterrados en torno al edificio de la serpiente emplumada.

La entrada del túnel ubicado cerca del templo es una más de las historias que remiten a la búsqueda de las tumbas de los gobernantes e involucran decenas de sacrificios humanos e importantes proyectos de investigación que se prolongan hasta fechas recientes en la pirámide de la serpiente emplumada, enclavada en el conjunto arquitectónico de la ciudadela en Teotihuacán.

Los trabajos arqueológicos en ese sitio se remontan al siglo XIX. Entre los especialistas que han realizado temporadas de campo en la zona prehispánica figuran Alfonso Caso, José Pérez, Manuel Gamio y José Reygadas Vértiz. En la década de 1980 participaron Rubén Cabrera, George Cowgill y Saburo Sugiyama. Ahora se efectúan bajo la dirección del arqueólogo Sergio Gómez, experto en la civilización teotihuacana.

Sistemas múltiples de enterramiento

Una investigación referencial en el conocimiento de este edificio prehispánico fueron las excavaciones dirigidas por Rubén Cabrera en 1987, cuando se obtuvieron importantes hallazgos como la localización de un túnel de saqueo prehispánico dentro del Templo de Quetzalcóatl y los sistemas múltiples de enterramiento.

No obstante, en 1989 se documentó el hallazgo de 113 esqueletos humanos asociados al Templo de Quetzalcóatl, según se sustenta en un ensayo incluido en Anales de Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (1991), publicado por el historiador Alfredo López Austin y los investigadores Leonardo López Luján y Saburo Sugiyama.

En ese artículo, que fue galardonado por el Comité Mexicano de Ciencias Históricas, los autores mencionan que “dichos enterramientos fueron realizados al principio de la construcción. En su mayoría –explicaron– son restos de sexo masculino, de edades fluctuantes entre 13 y 55 años, muchos de los cuales tienen una postura que hace suponer que los individuos fueron colocados en posición sedente, con las manos atadas a la espalda”.

Por la cantidad de material descubierto en el contexto funerario, los investigadores (Sugiyama, Cabrera y Cowgill) infirieron que se trataba de los restos de guerreros sacrificados.

“Los esqueletos se hallaron dentro de fosas rectangulares excavadas en el tepetate, cubiertos con piedras y tierra. Existe una notable simetría en la colocación de las fosas y una extraña regularidad en el número de individuos.

La simetría es una característica frecuente en la arquitectura y ritual mesoamericanos, especialmente en Teotihuacán.

Por tanto, la hipótesis más consistente que se generó y aún está vigente es que el Templo de Quetzalcóatl es un suntuoso monumento dedicado al tiempo, a la creación del calendario y, sobre todo, al poder político de los gobernantes.

Al respecto, Sergio Gómez, quien dirige los trabajos arqueológicos desde hace ocho años en la ciudadela de Teotihuacán, así como las excavaciones en el túnel, explica: “Sin duda, una de las investigaciones más relevantes en la ciudadela fueron las del arqueólogo Manuel Gamio en la década de 1910, quien fue el primero en excavar de manera extensiva dicho conjunto; posteriormente fueron las del arqueólogo Rubén Cabrera, quien dirigió el proyecto Quetzalcóatl y descubrió numerosos enterramientos humanos que nos permitieron ampliar la idea que tenemos acerca del pensamiento cosmogónico y la religión teotihuacana.

“Desde 2003 –prosigue Gómez– trabajamos en un proyecto integral de investigación y conservación del complejo arquitectónico de la ciudadela, cuya finalidad inicial fue resolver los graves problemas de deterioro que presentaba el Templo de la Serpiente Emplumada; de tales investigaciones han resultado el hallazgo y exploración del túnel.

“Los esfuerzos invertidos en la conservación de los edificios han tenido ya buenos resultados, al detenerse el deterioro que durante años los afectó; al mismo tiempo, nuestras investigaciones arqueológicas en la ciudadela nos han conducido a la búsqueda de nuevas interpretaciones y a la necesidad de rebasar el nivel descriptivo.

Consideramos al Templo de la Serpiente Emplumada más allá de la función de servir de base para sostener una estructura en la parte superior. El templo es visto por nosotros como la representación de la montaña sagrada que, de acuerdo con los mitos cosmogónicos que compartían muchos pueblos mesoamericanos, emergió del mar primordial, representado en este caso por la enorme plaza que se extiende al frente del edificio y que hoy sabemos que se mantenía inundada, lo suficiente para formar un espejo de agua que lo representara.

El investigador Saburo Sugiyama recuerda que a finales de los años 80 del siglo pasado excavamos dentro del templo y detectamos un complejo de entierros y sacrificios humanos. Entonces se contabilizaron más de 137 individuos y llegamos a pensar que había más de 200 en total dedicados al recinto.

Debido a la importancia del lugar y con referencias precisas sobre la cosmogonía, además de los sacrificios descubiertos y la idea de su entrada al inframundo, es lógico que en ese lugar sagrado se encuentre quien más derecho tenga de estar ahí.

En el túnel

Hasta ahora los investigadores del INAH han descendido 12 metros al tiro del túnel localizado frente al Templo de la Serpiente Emplumada, donde ya fue detectada la entrada del pasaje subterráneo.

Falta excavar dos o tres metros para llegar al nivel del piso e ingresar al conducto de 100 metros de longitud, el cual conduce a una serie de galerías donde, de acuerdo con una de las hipótesis del proyecto, habrían sido depositados los restos de gobernantes, explica Sergio Gómez.

Tras ocho meses de excavación en el proyecto llamado Tlalocan, camino bajo la tierra, se sabe que fue cerrado hace más de mil 800 años por los propios teotihuacanos y que nadie ha entrado desde entonces.

Una fecha próxima para que el equipo dirigido por el arqueólogo Gómez ingrese al túnel se estima en dos meses y esta excavación, que es la más profunda que se ha hecho en el sitio prehispánico, se enmarca también en el contexto de las conmemoraciones por los 100 años de exploraciones arqueológicas ininterrumpidas y de apertura al público –realizada en 1910– de la Ciudad de los Dioses.

Es posible, agrega Sergio Gómez, que el túnel descubierto hubiera sido el elemento más importante y sagrado en torno al cual se hicieron las primeras edificaciones en este lugar hacia el 100 aC, y posteriormente, donde se construyó la ciudadela, que fue el magno escenario donde debieron realizarse rituales vinculados con los mitos de la creación original y el inicio del tiempo mítico.