n guerra electoral desde ahora, convertido en comandante en jefe de las estrategias panistas de recuperación y conquista del poder, usuario desbocado de los recursos públicos para servir a intereses partidistas, Felipe Calderón informó ayer que los comicios de 2012 se darán en un escenario belicista pleno, con los militares en las calles y obviamente activa su adjunta discrecionalidad ejecutoria. Las urnas, un peligro para México, podría ser el venidero lema de propaganda sucia, pues el ocupante de Los Pinos trasladó la carga de que las fuerzas armadas continúen fuera de los cuarteles más allá del ámbito personal de quien gane los próximos comicios: “al final de cuentas –diría–, esa será una responsabilidad de los ciudadanos que elijan a quien tenga la titularidad del Ejecutivo después de esta administración”. No se cambia de caballo guerrero a mitad de la batalla, sería otra propuesta de espot para los genios buscadores de la continuidad castrense-política en 2012.

Intenso alegato de Felipe de la Guerra. Pasión proporcionalmente inversa a la asistencia de coordinadores de fracciones legislativas importantes. Entre más lo desoyen más se posesiona Calderón del papel terrible del rey vengativo que cobró con vidas el desaire de aquellos a quienes había convidado a un banquete. Discurso políticamente fallido, pues los personajes que son clave para la aprobación de iniciativas en las cámaras federales no quisieron acompañarlo en la función de ayer: ni Francisco Rojas, el jefe de la bancada de tres colores en San Lázaro, ni el irónico Manlio Fabio Beltrones que propuso a Calderón que sus ansias de debate las cumpla el primero de septiembre en sesión conjunta del Poder Legislativo federal que ese día abre sesiones y que bien podría recibir la visita del panista michoacano al que le serían matados dos pájaros políticos de un tiro sin gracias: presentaría personalmente su Parte de Guerra, al que por razones técnicas se llamará Informe de Gobierno, y viviría el besamanos al revés que sus opositores desean organizarle; además, daría curso procesal en ese poder rejego a los diálogos del Campo Marte que en un ámbito de ensayo parlamentarista le serían practicados sin redes de protección ni simuladores de vuelo.

Tampoco lo acompañaron, en la representación dialoguista de ayer, los coordinadores de los diputados perredistas, Alejandro Encinas, ni de los senadores petistas, Ricardo Monreal. Pero sí estuvo el efectista Carlos Navarrete, a quien la programada entrega de la presidencia anual de la mesa directiva del Senado le ha generado un apetito notable de futuras postulaciones a cargos públicos, ya sea a la Presidencia de la República o a la jefatura del Gobierno capitalino, o a liderazgos partidistas en sustitución de su aporreado compañero de grupo, Jesús Ortega, en el PRD. Navarrete cumplió ayer el rol de opositor en la novela por entregas que el libretista Calderón ha rodado en el plató de Los Pinos. Fue él quien criticó la figura del arraigo judicial y los testigos protegidos y quien propició, con sus preguntas, que el anfitrión anunciara la continuidad de los soldados en las calles hasta el último minuto de la programación. Parlamentos del senador Navarrete también llevaron al actor principal a reconocer respecto a la presencia de militares en funciones policiacas: Sé que implica riesgos. Sé también, como usted lo señalaba, que las fuerzas armadas están adiestradas para la lucha, no tanto para el trato, o modular el trato a los ciudadanos, como usted dijo. Pero si las fuerzas armadas están combatiendo a estos criminales, evidentemente se han generado problemas de enorme sensibilidad que a todos nos duelen (continuará).

Astillas

En Twitter, el presente Astuitero escribió ayer: Resultó sintética la capacidad de Aleks para soportar críticas a su futurismo milenario demolido en instantes. Pues sí. Resulta que el ligero cantante de tonadas se retiró del fragor del intercambio de mensajes en 140 caracteres debido a la abundancia de críticas a su interpretación de El futuro milenario, el tema oficial del Bicente(mal)fario. Pero, aun cuando las críticas se centraron en el musicalizador Syntek, tampoco escapó el letrista, Jaime López (autor, por ejemplo, de Chilanga banda, popularizada por Café Tacvba). Leonides Afendulis García envía por conducto de esta columna una carta a López que dice así: “¿Shalala, shalala, Jaime? Queda en evidencia que dinero mata creatividad. Tú que nos bien acostumbraste a recibir temas de excelencia ¿Por qué ahora le haces el juego a este gobierno al que se le está cayendo en pedazos el país? Nos recetas una lírica que nos quiere vender un falso optimismo (…) ¿Que si el futuro es milenario? Mi querido Jaime, nuestro presente es patético, como patética es tu composición, y ¿crees que en estas condiciones en que se encuentra el país, donde la educación, la cultura y la falta de oportunidades para los jóvenes son pan de todos los días, se pueda esperar un futuro milenario?”… Versiones de aeropuerto hablan de que la Secretaría de Comunicaciones Horcasitas usará la vía de Fumisa, una empresa de Advent, el fondo de inversiones que maneja a la compañía cibernética Hildebrando, del hermano de la señora Margarita, para hacerse de Mexicana. Fumisa tiene una concesión, que se vence en 2014, de locales y otros espacios comerciales y el estacionamiento del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México… Y, mientras Nuevo León, en especial el área conurbada con sede en Monterrey, vive momentos de abandono institucional absoluto, con un minigobernador, Rodrigo Medina, incapaz de cumplir en lo básico sus obligaciones, y un gobierno federal partidistamente calculador (ayer, el PAN de NL comenzó a distribuir calcomanías de aprovechamiento de la muerte del joven presidente municipal de Santiago, con el lema: Edelmiro… sí dio la vida), ¡feliz fin de semana, con el Cordero de Hacienda, que quita los impuestos del mundo precisando que no se contemplan reducciones fiscales para 2012!

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