El titular de la Secretaría de Hacienda, Ernesto Cordero, dio ayer versiones contradictorias en torno a la política que seguirá el gobierno federal en materia de impuestos.

En entrevista previa a su encuentro con los senadores del PAN, dijo que el paquete presupuestal del próximo año podría incluir la disminución de gravámenes, pero en conferencia posterior rechazó tal afirmación y señaló que sería irresponsable una medida de ese tipo, porque pondría en riesgo las finanzas públicas.

Cuestionado sobre las versiones de que el gobierno federal se propone elevar los impuestos e insistir en generalizar el IVA, Cordero respondió: El paquete económico va a reflejar lo que sea posible apoyar con una mayoría en el Congreso; técnicamente todo está en consideración y habrá que ver las condiciones políticas y qué paquete económico puede hacer mayoría.

–¿Qué es todo?

–Todo es todo. Desde bajar impuestos. Hay una serie de posibilidades técnicas que habrá que esperar y ver qué nos permite una mayoría –contestó.

Sin embargo, luego de la reunión con los integrantes del grupo parlamentario del PAN en el Senado, el titular de Hacienda, sostuvo: Hay una confusión; yo nunca dije que había la posibilidad de bajar impuestos, lo que hay que hacer es fortalecer las finanzas públicas.

En relación con los gravámenes –insistió–, lo que señalé es que absolutamente todas las alternativas técnicas están sobre la mesa, pero esas alternativas lo que tienen que hacer es fortalecer las finanzas públicas.

No obstante, el funcionario varió también las cifras sobre el crecimiento económico esperado. Primero afirmó que se espera que sea entre 4 y 4.5 por ciento, y después señaló que puede llegar a 5.

El titular de Hacienda sostuvo que en el proyecto presupuestal y fiscal para 2011 están considerando todas las alternativas, pero parten de la idea de mandar un proyecto que pueda generar mayorías en el Congreso.

Adelantó que se destinará una cantidad importante de recursos para poder enfrentar la delincuencia organizada, por lo que habrá que hacer los ajustes correspondientes en otros programas que no han dado resultados, son regresivos y se deben analizar con mucho detenimiento.

Defendió la decisión del presidente Felipe Calderón de privilegiar presupuestalmente la lucha contra la violencia y la inseguridad. Destinar la mayor cantidad posible de recursos para combatir de manera más eficaz la delincuencia organizada no puede ser considerado un capricho: es una obligación y un deber.

No quiso precisar el monto del incremento a seguridad pública que contendrá el presupuesto del próximo año. Es difícil saber una cifra de cuánto se requiere para enfrentar la delincuencia organizada; se necesita mucha inversión en tecnología, inteligencia y equipamiento de las policías.