Héctor Infanzón se presentará el próximo viernes en el Lunario del Auditorio
sobrenombre de mi trabajo: deambular por mi ciudad
Se trata de un espectáculo que incorporará elementos multidisciplinarios que regularmente no hay en conciertos de jazz, anuncia el pianista defeño
El ensamble de percusiones Tambuco, el invitado
Lunes 23 de agosto de 2010, p. a14
Héctor Infanzón es hijo de la ciudad. Se crió en el barullo del centro, en un edificio que luego se cayó durante el temblor de 1985. Ahí escuchó por primera vez el jazz y también los ruidos de la calle, de los comercios, los coches, las conversaciones, la música. Se enamoró de todo ello y quiso dedicarse a la música. Estudió en la Escuela Superior de Música, en la Escuela Nacional de Música y en el Berklee College of Music, en Boston. Ya como profesional, ha viajado a numerosos países. Pero, para él, nada como su ciudad. Y así lo plasma el pianista en sus composiciones. En su jazz afrocaribeño está presente, de diversos modos, el corazón del Distrito Federal.
Al fin y al cabo, dice en entrevista, uno cuenta lo que vive. Tengo la oportunidad de viajar mucho y, mientras más conozco, más me encanta México. Nací aquí y encuentro un montón de historias. Cuando escuché jazz por primera vez, a dos predios de aquí (en el edificio Super Leche, donde residiía), era niño. Mi papá lo ponía, era sinónimo de trajín, de tráfico. Salía a la calle y la música correspondía a ese sonido
.
Lo cuenta en su estudio, en un antiguo edificio, a un par de cuadras del Palacio de Bellas Artes, en pleno bullicio céntrico. Su lugar de trabajo tiene un balcón con vista a la cantina de la esquina y a las plantas en macetas en el techo del edificio de enfrente. Reside a cinco minutos de ahí, por el Monumento a la Revolución.
Te abrazas a tu barrio
En México nacieron mis sueños, ahí nació todo lo que ahora vivo con mucho gusto, y te abrazas a tu barrio, a la gente con la que convives
, prosigue Infanzón. La ciudad es muy cambiante, pero hay lugares de antaño que permanecen. Te encuentras a los dueños de ciertos lugares, cantinas, zapaterías, sastrerías... platicas con esos personajes que vieron cómo se ha ido modificando la ciudad y que fuiste parte de eso
, dice Infanzón, quien ha trabajado de pianista y director musical con un ecléctico abanico que incluye a Eugenia León, Alejandro Fernández, Emmanuel y Maldita Vecindad.
En Nos toca hay piezas con referencias a la calle, como Código Postal y El atraco. Y hace unos años lo abordó de modo más explícito en el álbum Citadino (2007). Ahora presentará en el Lunario un espectáculo con intención citadina, y con el ensamble de percusiones Tambuco como invitado. Hace énfasis en que el espectáculo incorporará elementos que regularmente no hay en un concierto de jazz
, como trabajo de luces y dinámicas entre pieza y pieza
.
Será la primera vez que presente un concierto así y planea seguir haciéndolo. Incorporar elementos multidisciplinarios será una constante en los conciertos
. Añadió: Es el inicio de una nueva manera de contar la música, y en este caso la historia que quiero contar son mis andares por el centro de la ciudad de México
.
El concierto se llama igual que su pasado disco, pero no es una presentación de éste. Para Infanzón es un concepto en sí mismo
. Citadino es como un sobrenombre (de) mi trabajo; me refiero al hecho de deambular por mi ciudad
.
La gente a veces asocia lo afrocaribeño con playa, mar y cocos. A Infanzón, como a muchos otros, más bien lo remite a la noche, a los antros, a los cabarets donde trabajé muchos años; al humo del cigarro, a una conversación con amigos en una cantina
. Sigue: Crecí en esos lugares, donde se tocaba ese género. (Tuve) una formación clásica en la mañana, y en las noches tocaba en cabarets
.
A sus 51 años, le ha tocado la transformación del Centro Histórico. Luego de ser testigo de su deterioro (estaba muy descuidado, era un poco riesgoso andar de noche
), ahora observa que se está reactivando la vida nocturna: hay más iluminación, seguridad, y hay un rescate arquitectónico
. Opina que es un gran rescate, pero también es otra época. Trato de adaptarme, pero debo admitir que me ganan las añoranzas del otro centro, el que conocí, sobre todo (por) la música, porque todo el tiempo oigo ponchis ponchis, y me arroja de los lugares
.
Además, antes veías a gente grande, de 60, 70 años, salir a la calle, ir al cine, tomarse un café, ir a bailar. Ahora no se les considera; esas personas están aisladas en sus casas
.
A excepción de algunas cantinas, nos expulsan de los lugares; es lo único que resiento tremendamente en el centro
.
Interroga a los jóvenes acerca de si en 20 años, cuando platiquen con su pareja, le preguntarán: ¿Te acuerdas de nuestra melodía favorita: ponchis-ponchis-ponchis?
Sigue: Me preocupa que lo que oyen no es algo que se les quede
.
Infanzón dice que actualmente escucha, sobre todo, obra sinfónica de compositores clásicos
, de todas las épocas y de todo el mundo.
Dentro del pop hay calidades
Con tal aversión por el ponchis ponchis, ¿cómo trabajó con gente como Ricky Martin? (como pianista y orquestador en la gira 1999-2001). Lo que programan en los antros no tiene letra ni melodía; sólo oyes el bajo y el tststs electrónico, es todo, con una secuenciadora haciendo cuncuincuncuin
. Pero “dentro del pop hay calidades. Hicimos la gira de La vida loca y estaba muy bien hecha... Puede ser pegajoso, pero cuando estás metido te das cuenta de que no es tan sencillo; hay niveles dentro de la música popular”, expresa.
El jazzista, a quien invitan a festivales internacionales del calibre del de Montreal, donde estuvo el año pasado, dice que platica con los jóvenes y les pone rock de los años 70 y les dice, enséñame un grupo actual de esa calidad
. Asegura que por eso una nueva generación está redescubriendo a los Beatles, los Doors, Pink Floyd.
En 2006 Infanzón, junto con Aaron Cruz (contrabajo) y Giovanni Figueroa (batería), tocó en los pasillos de estaciones del Metro. A diferencia de lo ocurrido con Joshua Bell y su violín, a la salida de una estación del Metro, en Washington (pocos se pararon a escuchar), al trío le fue muy bien. El pianista opina que en México la gente está ávida de escuchar cosas
y que tenemos más despierta que en Estados Unidos esa capacidad de tener abiertos los sentidos a lo que ocurre en el entorno
. Aquella experiencia fue grabada. La posproducción del devedé Sombrereando está detenida por falta de fondos.
Héctor Infanzón (piano), Adrián Infanzón (bajo), Mario García (batería) y Aarón Delgadillo (percusión) se presentarán el día 27, a las 21 horas, en el Lunario.