Plan K
Chantaje a trabajadores
Retroceso laboral
Mexicana oscuridad
Oportunismo e ignorancia
Los nuevos dueños de Mexicana
Primer gran negocio de la Iniciativa México
Apoyo Económico Familiar
Un derecho que va más allá de dogmas
Crisis de identidad nacional
De tinte blanquiazul, el salvamento de Mexicana
Telaraña de intereses
Gastón Azcárraga Andrade: graciosa huida
México. Ocupación precaria y empleo insuficiente
El Imparcial*
El mito de la familia futbolística
Hacia el debate
ientras buena parte de las personalidades de la clase política mantienen un sainete llamativo, pero sin consecuencias, en torno a las debilidades de la estrategia de seguridad pública y de combate a la delincuencia organizada, el deterioro económico sigue agravando las condiciones de vida de la mayoría de la población, pese a que, oficialmente, la recesión ha terminado. Pero aun si se da por bueno el desarrollo de una recuperación económica, ésta no resulta satisfactoria ni siquiera para los ámbitos empresariales.
En memoria del artista tepiteño Daniel Manrique
l maestro Daniel Manrique, una institución de la cultura y arte netos en el barrio, en particular en Tepito, falleció durante las primeras horas de este domingo 22 de agosto.
e acumulan en mi escritorio los asuntos que quiero tratar, pero deben quedar pendientes.
n ocasiones los funcionarios piden a la población que no tire basura en calles, barrancos o baldíos, porque así contribuye a la inundación de los centros urbanos y al azolve de las cuencas hidráulicas y los vasos de captación de agua. Dicha causa va de la mano de la obsolescencia y falta de mantenimiento de los sistemas de drenaje en prácticamente todas las poblaciones del país. Una de las siete prioridades ambientales del primer gobierno del cambio, el del señor Fox, fue limpiar de basura a México. Fracasó, como las seis restantes: miles de toneladas de basura yacen donde causan problema, mientras los servicios de recolección por lo general llevan los desechos municipales a sitios que son fuente de contaminación y enfermedades. Los ejemplos abundan.
a guerra sucia rumbo a las elecciones presidenciales de 2012 ha iniciado ya y las autoridades federales una vez más demuestran su tibieza y parcialidad a la hora de imponer el estado de derecho. Van ocho días desde la abierta e ilegal intervención de la Iglesia católica en la esfera política-electoral y tanto el Instituto Federal Electoral (IFE) como la Secretaría de Gobernación (SG) se han hecho de la vista gorda, limitándose a emitir escuetos pronunciamientos burocráticos que no les comprometen a nada. La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) también se ha quedado inmóvil. Tal como ocurrió en la antesala de las elecciones de 2006, hoy de nuevo se confirma que los poderes fácticos, y no las instituciones democráticas, son los que realmente mandan en el país.
l pasado 9 de agosto, la víspera del encuentro entre los presidentes de Colombia y Venezuela, Juan Manuel Santos y Hugo Chávez, en la simbólica casa de Santa Clara donde murió Simón Bolívar, asistimos a una nueva operación encubierta de terrorismo mediático. Fuera de toda sospecha de ser una mera teoría conspirativa, la tramoya, ajena a toda deontología del oficio de informar, tuvo como cuartel general la sede en Atlanta de CNN en español, la empresa mercenaria de manipulación de masas adscrita a las campañas de intoxicación masiva y desinformación diseñadas por los expertos en guerra sicológica y propaganda del Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
bservaba hace dos días a Vanessa Davies en su programa Contragolpe
del canal 8, Venezolana de Televisión. Dialogaba y multiplicaba sus preguntas a Basem Tajeldine, venezolano inteligente y honesto que transpiraba nobleza en su rostro. En el momento en que encendí el televisor se abordaba mi tesis de que sólo Obama podía detener el desastre.
e perdió una voz. No es tiempo para esas pérdidas. Nunca sobran la lucidez y la honestidad intelectuales. Menos ahora cuando se repiten tantos lugares comunes y se disputan tantos intereses que enfrentan el espacio indispensable de la libertad individual con la necesidad imperiosa de acuerdos, nuevos modos de contrato, en el terreno de la vida colectiva.
ay un país de los pequeños, que no es pequeño. Bien mirado, es prácticamente todo este México que así identifica su gente de frontera a frontera y costa a costa. De Chiapas y Yucatán a las calles indocumentables de Los Ángeles, va por las faldas del volcán de Colima en La Yerbabuena, la meseta Purépecha, el campo de resistencia a La Parota, Suljaá de los amuzgos, la Montaña de Guerrero. Y de pronto la ciudad de México real, y la trágica represión en San Salvador Atenco. Aquel país revelado por la otra campaña en 2006 y apelado por ella cuando el subcomandante Marcos recorrió la República como Delegado Zero del EZLN. Ahí el ojo, el documental ¡Viva México! (Nicolás Defossé, Terra Nostra Films, 2009) aviva la memoria con algunos pasajes del inmenso país que, visto de arriba en los pedestales del poder, los rascacielos y los helicópteros, parece de hormigas.
ace unos meses, apenas leí la crónica de Diamela Eltit del terremoto y el tsunami que azotaron a Chile a principios de 2010, quería correr a felicitar a la autora. Pero correr no era suficiente, pues por más distancia que recorriera y por más velozmente que lo hiciera no habría alcanzado a Eltit, quien podía estar en cualquier lugar del mundo menos adonde mi carrera lograra llevarme.
ntre alegrías y fandangos, ¡que dos verónicas ejecutó Morante de la Puebla! en la plaza de Málaga, en corrida de su feria. Esa verónica cuyo temple se le dio en las palmas de las manos que dice el torero gitano Rafael de Paula y se transmite a los tendidos vibrantemente e incluso a la pantalla televisiva: La Malagueta, la antigua plaza malagueña convertida ya en coso de primera, mantiene el cante y el palmeo en los tendidos. Mas también mantiene el toro chico y descastado y de contra inválido. A esa plaza llegaron en la feria Ponce y El Juli a dar muestras de su maestría
con el poderío que han adquirido en su paso por los ruedos con los toritos, mientras las malagueñas palmeaban al compás y a nadie le importaba lo que sucedía en el ruedo. Mucho menos esbozar protestas.