Manila, 23 de agosto. La policía filipina mató hoy a tiros a un agente que fue despedido y mantuvo en rehenes a 25 turistas extranjeros que iban en un autobús que recorría las calles de Manila, en un operativo que costó la vida a ocho de los secuestrados.

El incidente culminó trágicamente, al morir ocho inocentes, afirmó el presidente filipino Benigno Aquino en un comunicado.

Al menos 25 personas –21 turistas chinos de Hong Kong y cuatro filipinos– fueron secuestrados durante horas en un autobús por Rolando Mendoza, ex policía de 52 años fuertemente armado que pedía su restitución luego que fue despedido hace dos años, por mala conducta y extorsión.

Durante la crisis de los rehenes, Mendoza liberó a nueve personas.

El conductor pudo escapar cuando Mendoza comenzó a disparar en un ataque de ira al ver que la policía se llevaba a rastras a su hermano, quien participaba en las negociaciones.

Les pegué un tiro a dos chinos. Los voy a matar a todos si no paran esto, declaró Mendoza a una radio filipina, mientras la policía se aprestaba a lanzar el asalto. Sé que me van a matar, agregó.

Las fuerzas especiales rodearon el autobús después que comenzaran a oírse disparos desde dentro.

Luego los agentes comenzaron a golpear los parabrisas y las puertas del autobús, hasta que lograron colarse por la parte trasera.

Se oyeron varios tiros y se vio que el interior del vehículo quedaba lleno de humo, al parecer una bomba de gas de la policía. El secuestrador fue abatido por un francotirador.

El gobierno de Hong Kong fletó un avión a Manila con familiares de las víctimas y heridos. También viajaron funcionarios del gobierno, personal médico y agentes de policía e inmigración. Además, emitió un una alerta de viaje para Filipinas que indica sobre una severa amenaza por lo que todos los viajes a ese país deben evitarse.