Un grupo radical, que lucha contra los chiítas, se atribuye los ataques suicidas
Deja 55 muertos bombardeo de la aviación de Pakistán a reductos de los insurgentes en Khyber
Jueves 2 de septiembre de 2010, p. 32
Islamabad, 1° de septiembre. Al menos 25 personas murieron y más de 180 resultaron heridas por un triple atentado suicida durante una procesión religiosa en la ciudad paquistani de Lahore, ataque que fue revindicado por el grupo radical Lashkar-e-Jhangvi Al-Alimi, que lucha contra los chiítas.
Un primer suicida se hizo estallar en medio de miles de chiítas que terminaban la procesión y se disponían a concluir el ayuno por el mes del Ramadán.
Otras dos explosiones se produjeron cerca de ese lugar minutos más tarde, explicó uno de los ministros de la provincia de Punyab, de la que Lahore es capital.
La gente protestó por los atentados y prendió fuego a una estación de la policía local y a vehículos privados. Los uniformados recurrieron al uso de gas lacrimógeno y a medidas de control aéreo para dispersar la protesta.
En horas previas, ocho personas resultaron heridas por desconocidos que abrieron fuego en una procesión similar realizada en la ciudad de Karachi.
El líder religioso chiíta Allama Abbas Komeli criticó al gobierno por su fracaso en la prevención de ataques contra esa comunidad. Eso demuestra que las autoridades no se proponen seriamente poner freno a la amenaza del extremismo en el país
, reclamó.
Mientras, la aviación paquistaní bombardeó puestos de insurgentes en la región tribal de Khyber, frontera con Afganistán, con saldo de 55 fallecidos, de los que unos 10 serían civiles.
Por su parte, el portavoz de las fuerzas fronterizas paramilitares, Faxl Ur, denunció que los insurgentes usaron humanos como escudos durante el ataque aéreo.
Precisó que el bombardeo destruyó 12 escondites de los rebeldes, pero algunas bombas impactaron sobre viviendas y mataron a mujeres y niños.
En tanto, la Organización de Naciones Unidas hizo un nuevo llamado al mundo para que eleve su ayuda a millones de damnificados por las inundaciones en Pakistán. Agregó que la gente perdió sus semillas, sus cosechas y sus ingresos, lo que la dejó vulnerables ante la hambruna.