La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal ofreció garantías a Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, para que colaborara con la autoridad, revelaron funcionarios de esa dependencia.

Según la información obtenida, el acuerdo incluye la posibilidad, si él lo desea, de no ser extraditado a Estados Unidos.

A cambio, Valdez Villarreal proporcionó información relacionada con organizaciones criminales, sus modos de operación y parte de sus estructuras.

Según las fuentes consultadas, en un domicilio localizado en el límite de Guerrero y Morelos se localizaron también narcolistas con nombres de agentes policiacos y los montos que pagaba La Barbie por protección.

Los entrevistados dieron mayores detalles de las presuntas acciones realizadas por la Policía Federal el pasado lunes. El primer cateo en busca de Valdez Villarreal se realizó en una residencia situada en los límites de Guerrero y Morelos, entre Puente de Ixtla y Buenavista de Cuéllar.

La zona se consideraba perfecta para la operación de La Barbie, ya que allí, según las primeras investigaciones, se realizaron al menos dos reuniones entre capos de diversas organizaciones, como Arturo Beltrán Leyva, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul; Joaquín El Chapo Guzmán e Ignacio Coronel Villarreal. Estos tres últimos, de Sinaloa. El cártel de Juárez también envió representante.

La ubicación de esa vivienda, cuya posición exacta no se informó, pero que a decir de las fuentes se encuentra asegurada y bajo custodia, permitía que Valdez Villarreal o sus visitas pudieran desplazarse sin problemas a lo largo de Morelos, Guerrero y el estado de México, vía Taxco, Ixtapan de la Sal y Puente Ixtla, y de allí hacia Cuernavaca o Acapulco por la autopista federal.

Presuntamente La Barbie estuvo por la mañana del lunes en esa casa, y de allí alcanzó a salir antes de que llegaran los agentes federales. En el trayecto hacia la ciudad de México sostuvo al menos tres comunicaciones con Aarón Arturo Ginez, identificado como su operador financiero, a quien ya seguía la policía tras intervenir su línea telefónica.

Las conversaciones confirmaron a las autoridades los movimientos que realizaría Valdez Villarreal. La Policía Federal ya conocía la existencia del chalet, localizado en el sitio conocido como Cañada de Alférez, municipio de Lerma, estado de México. También sabía que fue rentado por un prestanombres del capo.

Luego vendría el operativo en el patio del inmueble, que según testimonios de vecinos comenzó aproximadamente a las 15:30 horas y la primera acción de los agentes federales consistió en cerrar la única vía de acceso, que comunica el lugar con la carretera México-Toluca.

La residencia rústica se encuentra en una zona montañosa de la comunidad de Cañada de Alférez, zona donde habitan personas de altos ingresos, quienes para llegar a sus domicilios utilizan principalmente camionetas. La vista es bella: casas en medio de un bosque y cercanas a una laguna.

Allí, la calle Nacelagua fue construida exclusivamente para el acceso a dos cabañas. En una se encontraba Édgar Valdez.

Una vez iniciado el operativo, explicaron los colonos, los agentes federales se dedicaron a inmovilizar a cualquier persona que caminara por esos poblados. Varios fueron tirados al piso o arrinconados contra la pared por más de tres horas en el interior de sus casas, mientras los policías les apuntaban con sus armas, señalaron.

Tras el operativo federal, algunos vecinos se trasladaron al Ministerio Público de Lerma y posteriormente a Toluca, para ofrecer su testimonio y denunciar los abusos policiacos, pero nadie les hizo caso. “Sólo nos dijeron que tomarían nota. Se burlaron: ‘¿pues cómo querían que llegaran los federales? ¿Pidiendo permiso o qué?’”

La Barbie fue trasladado a la ciudad de México, y en instalaciones del centro de mando de la Policía Federal se le ofrecieron garantías si cooperaba.

Uno de los argumentos para irse a Estados Unidos o quedarse en México es que en el país vecino viven la esposa, los dos hijos y la madre de La Barbie.