Miércoles 8 de septiembre de 2010, p. 2
Hong Kong, 8 de septiembre. Las pérdidas de peso a largo plazo podrían liberar contaminantes industriales en la sangre, relacionados con enfermedades como la diabetes, la hipertensión y la artritis reumatoide, indicó el martes un equipo de investigadores.
Estos compuestos suelen almacenarse en tejidos grasos, pero cuando la grasa desaparece al perder peso, llegan al torrente sanguíneo, explicó la investigadora Duk-Hee Lee, de la Universidad Nacional de Kyungpook en Corea del Sur, que dirigió el estudio.
Vivimos bajo el fuerte dogma de que la pérdida de peso es siempre beneficiosa, mientras ganar peso es siempre dañino (...), pero creemos que los niveles más elevados de contaminantes en la sangre debido a la pérdida de peso pueden afectar la salud de varias formas
, escribió la autora en un correo electrónico.
Lee y un equipo internacional de expertos estudiaron a mil 99 participantes en Estados Unidos y analizaron las concentraciones de siete compuestos en su sangre, según indicaron en un trabajo publicado en la revista International Journal of Obesity.
Afectan órganos vitales
Una vez liberados en el torrente sanguíneo, estos contaminantes pueden alcanzar órganos vitales
, indicaron los investigadores.
Las personas que perdieron más peso a lo largo de 10 años tenían las concentraciones más altas de los llamados contaminantes orgánicos persistentes (COP), en comparación con las que habían ganado o mantenido un peso constante.
Hay cada vez más pruebas de que los COP (...) no son seguros. Los COP están relacionados con la diabetes tipo 2, la hipertensión, la enfermedad de las arterias coronarias, la artritis reumatoide y el mal periodontal
, señaló Lee.
Los expertos consideraron edad, sexo y raza de los pacientes para explicar las diferencias en estos tres contaminantes, pero el historial de peso seguía siendo un factor estadísticamente significativo.