En México hoy día existe una alarmante concentración de poder y riqueza manejada y controlada por pocas manos, lo cual es muy peligroso para la democracia. Estamos a las puertas de un totalitarismo inédito, tan devastador y sangriento como los que anteriormente se han vivido, considera el escritor Agustín Ramos, autor de la novela Olvidar el futuro.

“A cada avance de la democracia hay un golpe antidemocrático. Los cambios ocurridos han sido aparentes o cosméticos. Actualmente una palabra clave es la inseguridad ante la vulnerabilidad de las personas, de una sociedad con el tejido roto, lo que nos pone en un serio peligro de desolación y aislamiento.

“Una sociedad que se deforma de tal manera –dice el escritor– se vuelve casi imposible de gobernar. Como si fuera un tejido canceroso.”

Ante tal situación, “los poderes mediáticos están transustanciados; forman parte de ese poder que se quiere conservar. No se puede decir que estemos desinformados, lo que ocurre es que estamos informados de una manera muy sesgada.

“Mientras se experimenta o aprueba los transgénicos, se le da un balazo en la cabeza a un jugador de futbol; mientras hay una denuncia severa contra la Iglesia católica en torno a la pedofilia, se cuestiona los matrimonios homosexuales o lésbicos.

Hoy día hay un manejo muy perverso de las noticias. Ya no se informa, hay una especie de contrainformación para que las personas no se enteren de lo que pasa realmente en el país, lo que al final de cuentas impacta en su calidad de vida cotidiana.

Narcotráfico, guerra sin salida

Para Agustín Ramos, lo que se vive, “lo que está surgiendo es un nuevo Estado totalitario. Y es lo que la novela Olvidar el futuro (publicada por Tusquets) intenta reflejar de manera literaria.

Mediante anécdotas cotidianas, perfectamente posibles, se establece una visión ficticia de lo que puede pasar en el país.

Un ambicioso y privilegiado escritor, con talento y disciplina, con fama y dinero y con el inusitado reconocimiento de sus colegas, considera que para que sus textos se conviertan en obras maestras les falta la dura realidad.

Por eso cuando el empresario más rico del mundo –un mexicano de origen libanés– lo invita a sus oficinas, el escritor aprovecha para asesinarlo.

El escenario es el México de hoy: crisis financiera, los codiciosos hijos en batalla por la herencia, corrupción e impunidad, una sociedad espía, policías deshechos de la guerra sucia y un gobierno inmerso en un combate sin salida contra el narcotráfico. Esta historia también permite asomarse a la vida literaria del país, donde la relación de muchos escritores con el poder es de carácter servil.

La más reciente novela de Agustín Ramos es considerada por el autor como “un antithriller, ya que la historia tiene un final inesperado”.

Olvidar el futuro, sintetiza Agustín Ramos, son las aventuras de un escritor privilegiado que puede narrar la muerte del hombre más rico del mundo, teniendo como transfondo el México conflictivo y cotidiano que hoy día vivimos.