El australiano Ric Birch y el italiano Marco Balich son los productores de la celebración de 45 millones de dólares que hará México el miércoles para el bicentenario del inicio de su lucha de Independencia.

Después de haber organizado en las últimas tres décadas ceremonias olímpicas en Los Ángeles, Barcelona, Sydney y Turín, llevan año y medio preparando una conmemoración a gran escala en la ciudad de México, que se anuncia como la más espectacular que hayan visto los mexicanos.

Unas 7 mil personas darán forma a un desfile con 27 carrozas alusivas y a varios espectáculos simultáneos, entre ellos una coreografía área, como preámbulo del tradicional Grito de Independencia que dará el presidente Felipe Calderón y de 16 mil detonaciones de pirotecnia para seguir.

Muchas localidades del país han tenido que suspender o reducir sus celebraciones, debido a la violencia del narcotráfico. Pero los dos productores dicen que México tiene todavía mucho que celebrar.

Birch y Balich han quedado prendados de la cultura y la profundidad creativa de los mexicanos y piensan que el espectáculo les dará la oportunidad de reconocerse a sí mismos.

La ciudad de México es la capital del arte y la cultura de Centro y Sudamérica, por mucho, dice Balich, productor y director artístico de los festejos. Hay diferencias sociales, pero hay también una cantidad de cultura, de pasión, de entendimiento.

Ambos confían en que no habrá problemas de seguridad el miércoles, cuando más de un millón de personas salgan al centro de la capital para ver la celebración de diez horas continuas.

“Somos conscientes de que hay problemas, pero el tema de los cárteles de las drogas está más en el norte que en la ciudad de México. Hay mucha seguridad aquí”, señala Birch.

Estamos tomando las precauciones normales. Incluso un desfile de Disneylandia tiene que tener seguridad, agrega.

Pese a que los dos extranjeros llevan la batuta –en un país con profundos sentimientos nacionales–, los festejos del 15 de septiembre serán una celebración mexicana, con la impronta de 12 directores artísticos locales.

Desde el punto de vista de la organización, si hiciéramos una analogía de lo que significó diría que es como juntar el Carnaval de Río, el Festival de Glastonbury y en medio una ceremonia de Juegos Olímpicos de Invierno, señaló el productor artístico.

Buscamos ver esa noche lágrimas en los ojos y sentido de orgullo de ser mexicanos, reconocer la belleza de este país... Si logramos eso, habremos hecho todo.