Miércoles 15 de septiembre de 2010, p. 4
No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
–y tres o cuatro ríos.
(En Fin de siglo y otros poemas, Lecturas Mexicanas, SEP-FCE, 1984)