La cultura y la derecha históricamente nunca se han llevado, afirma el diplomático Héctor Vasconcelos, quien rechazó la invitación para ser jurado del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2010, por considerar que el señor (Felipe) Calderón no me ha demostrado, en mi calidad de ciudadano mexicano, que ganó las elecciones presidenciales de 2006. Por el contrario, pienso, como millones de conciudadanos, que fue impuesto por los poderes fácticos y por la pareja presidencial de aquel momento.

El ex director del Festival Internacional Cervantino iba a evaluar las candidaturas de reconocidos artistas para elegir al ganador del máximo galardón que otorga en el gobierno federal en el área de Bellas Artes.

No obstante, en una carta enviada el 8 de septiembre a María de Lourdes Tapia Carlín, secretaria técnica del premio, Vasconcelos argumentó que no puede soslayar que se trata de un reconocimiento otorgado por el gobierno que hoy encabeza Calderón, cuya “imposición fue legalizada por un Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que con esa acción traicionó su vocación histórica. Por lo anterior, no puedo, en congruencia con mis convicciones, participar –así sea de manera tangencial– en iniciativa o tarea alguna que emane de un gobierno cuya legitimidad no reconozco”.

En charla con La Jornada, el ex secretario ejecutivo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, explicó que la derecha en México está fundamentada en prejuicios más que en ideas, en posturas ya adoptadas que no responden necesariamente a conocimientos.

Por eso, añadió, hay este divorcio entre los prejuicios de la derecha y los conocimientos, las ideas. Ese conflicto está detrás de la relación que ha habido entre los gobiernos de derecha desde el año 2000 y la comunidad intelectual.

Durante los dos primeros años de la gestión calderonista, artistas, investigadores, escritores y científicos reprocharon al gobierno federal por el retraso en el anuncio de los ganadores de los premios nacionales de Ciencias y Artes, calificando el hecho como un desdén por esas áreas.

En 2009 la Secretaría de Educación Pública tomó la delantera, inclusive sobre el dictamen final presidencial, y realizó el anuncio en octubre, como indica la reglamentación del galardón.

No obstante, durante la ceremonia de entrega realizada en diciembre, llamó la atención la falta de un discurso formal de agradecimiento por parte de los premiados, ocasión que en años anteriores fue aprovechada por los galardonados para hacer llamados de atención al gobernante en turno en cuanto a diversas problemáticas del sector cultural o social del país.

Hay un descuido generalizado hacia todo el mundo de la cultura. Algunas personas de derecha viven sin libros, o sólo con la Biblia o libros confesionales, o con su visión particular reaccionaria, por ejemplo de la historia de México, eso crea una distancia, porque son lenguajes completamente diferentes a los que habla la comunidad intelectual, que tampoco es monolítica, dentro hay una gran diversidad, pero con un común denominadors: el respeto y el vivir alrededor de los libros, cosa que prácticamente no sucede entre la gente ultraconservadora, de la que viene el PAN.

Respecto del clima en el que se entregararán los premios, el diplomático señaló que éste “no puede ser peor, desde cualquier punto de vista. No sólo por la descomposición nacional, la violencia generalizada, la polarización política, la desigualdad cada vez más escandalosa y todo el escenario trágico. No ha habido en toda mi vida un periodo en que haya sido tan pobre el proyecto cultural del gobierno.