Encuentro en Aguascalientes
los 15 años, José Reynoso debutó como conductor y productor radiofónico en la radio cultural de Aguascalientes; el programa era Viva la onda, la música surgía del Chicago Transit Authority y la vida se encauzaba sin escalas hacia la promoción cultural. En 2008, habiendo cumplido 54 de edad y como director de Comercialización del Instituto Cultural de Aguascalientes, se puso al frente de uno de los festivales de jazz más importantes del país: el Encuentro Regional Centro Occidente de Jazz, que este 2010 llega a su tercera edición acuñando un neologismo: Jagszz.
El encuentro pretende (y logra) articular tablas, información y pedagogía para que los músicos convocados tengan puntos de encuentro y alternativas de crecimiento. Los chavos asistieron diariamente a talleres y en su momento ofrecieron conciertos alternando con lo mejor del jazz en México (La Jornada, 29/8/10). Las distancias entre noveles y maestros eran evidentes, pero hubo grupos debutantes que realmente impactaban con sus propuestas y sus facturas.
Ahí pudimos conocer, por ejemplo, a E Flat, grupo de Colima con un año de existencia, pero con una propuesta bien cohesionada y firme. Miguel Ángel de la Mora, contrabajista que trabajó hace años con Olivia Revueltas, nos decía: “Buscamos algunas fusiones partiendo del jazz tradicional, pero trabajamos también con standars, sones (montunos), rumbas y boleros. El quinteto se complementa con Raúl Arias (guitarra), Nelson Navarro (piano), Fidel Cortés (cajón peruano y bongós) y José Orozco (voz y saxos).
Équinox se armó hace unos meses en Morelia y está integrado por Rodrigo Neftalí (guitarra), David Villanueva (piano), Carlos Castro (flauta), Luis Wence (contrabajo) y Rogelio Vargas (batería). Todos ellos son compositores y aportan temas que van del swing más puro a los ritmos brasileños. “Tratamos de ser lo más eclécticos posible –comenta Neftalí–. Salvo David, todos somos de formación clásica, por lo que intentamos no sólo fusionar varios ritmos, trabajamos también ciertos timbres, ciertos colores”.
Jazz Estetoscopio no pudo llegar completo y se reforzó con músicos de Jazzmex (los dos son de Tepic). “Primero queríamos hacer una big band –dice Carlos Enríquez, pianista de Estetoscopio–, pero no se logró. Como quinteto, queremos jazz a todas las primarias y secundarias de Nayarit, para que los niños lo conozcan, porque allá la mayoría escucha banda, corridos de narcos y cosas así. A los niños les gustó, pero a los maestros como que no les pareció; para ellos la música no es prioridad.
“Jazzmex tiene una propuesta muy particular: “Con las sonoridades de las etnias huicholas y coras, que tenemos ahí a un lado, llegamos a la improvisación y la armonía del jazz –afirma Marcos Herrera, pianista nayarita de 20 años–. Nunca vamos a sonar como un grupo huichol, pero se nota la influencia.”
Algunos músicos de Made In Jazz tampoco pudieron ir a Aguascalientes, pero el pianista Jack Cerda (19 años de edad) y el baterista Isaac Villanueva, del Delorean Trío, cubrieron los huecos. Paco Servín, saxofonista y director de Made In Jazz platica: Ser músico de jazz no es algo que tengas planeado, es algo que va sucediendo. Cuando te das cuenta ya estás inmerso totalmente. Es algo apasionante que requiere mucha disciplina. Quien realmente me dio este enfoque del jazz y me ha ayudado a mejorar, es el maestro Juan Alzate
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Mejicazz llegó desde Guadalajara impresionando a todo mundo con su técnica instrumental y su solvencia para interpretar los siete movimientos del Concierto para guitarra clásica y trío, de jazz de Claude Bolling; de no ser por eventuales dedazos, su presentación hubiese sido inmaculada. El único, pero sería la ausencia de improvisación. Todo está en el papel. Cuando este cuarteto decida soltarse el pelo, va a ser de lo mejor en el país. Ellos son: Carlo Constantini (guitarra), Daniel Rivas (contrabajo), Porfirio Preciado (piano) y Abel Preciado (batería).
Pie Grande tuvo mucho éxito como grupo abridor y anfitrión de este encuentro. Su funk jazz y su look desenfadado y rocanrolero pusieron de pie a la gente. “No nos gusta tocar standars, todo es de nosotros –comenta el baterista Ramiro Hernández (19 años)–. Estamos estudiando la licenciatura en música en Aguascalientes, y aunque el jazz no está en el plan de estudios, pues lo agarramos por otros lados.”
“Yo soy autodidacta –tercia el guitarrista Gerardo Castmu–. La mejor escuela fue tocar con otros músicos aquí, en el Distrito Federal y en otros países, como Canadá, Inglaterra, Francia… en cada lugar aprendía algo con alguien.”
Vitro Latin Jazz, de San Luis Potosí, está integrado por Emmanuel Mendoza (guitarra), Josué Guevara (piano), Héctor Gámez (bajo eléctrico y contrabajo), Alfredo Cárdenas (batería) y Fernando Mata (percusiones). Ellos entienden el concepto de música latina “como el intento de acercar la armonía jazzística a la música mexicana, pero también con samba, bossa nova, timba –explica Emmanuel–. A partir de este encuentro hemos descubierto cómo perfeccionar nuestro trabajo ahora que vamos a grabar un disco. Creo que esto debería estar abierto a todos los interesados, y no sólo a un grupo de un estado”.
Zasca es cuarteto guanajuatense formado hace tres meses por cuatro estudiantes de la Escuela de Música, aunque “en la Universidad de Guanajuato no hay nada que aprender en cuestión de jazz –denuncia Néstor Pérez, guitarrista colombiano–. Lo hemos ido aprendiendo porque nos gusta muchísimo, pero de igual manera nos gusta el blues, el funk y el rock. Todos somos hijos de lo que nos ha llegado. Hemos tomado un pedacito de cada cosa y tratamos de integrarlo al máximo”.
Y sobran propuestas. Cony Ramírez, jefa de Programación, ya está pensando en nuevas posibilidades para futuros encuentros. Salud.