Antigua, Ver. 24 de septiembre. Casi una semana después de que el huracán Karl entró con fuerza a tierras veracruzanas, el presidente Felipe Calderón volvió para supervisar el apoyo y las obras de reconstrucción, en una gira que comenzó en San Pancho, enclavado en la región donde pegó el ojo del huracán. Acompañado del gobernador Fidel Herrera Beltrán, el jefe del Ejecutivo incursionó en el lodazal en que se convirtió la calle principal para recoger demandas, oír reclamos y hasta plegarias para que haga algo por la gente.

Calderón Hinojosa escuchaba sin alterarse por el tono de voz de sus interlocutores, a veces airados, a ratos con desesperación. Con paciencia describía sus programas de emergencia como la fórmula para el retorno a la normalidad. Llevaba puesta una gorra azul con el lema de su gobierno Vivir Mejor, la cual, al paso del recorrido cambió por la boina castrense que lo acredita como el comandante supremo de las fuerzas armadas que en este desastre se les ve en todas partes, en la enésima aplicación del Plan DN-III en este año.

Exenciones fiscales

Después, ya en la base aeronaval y luego un nuevo balance de la desgracia, insistió en que llegarán los suministros básicos; aseguró que el programa de empleo temporal paliará la economía de las familias a la espera del recuento de daños. Al final entró al detalle de su anuncio principal:

Se exime del pago de los impuestos sobre la renta (ISR) y el empresarial de tasa única (IETU) durante los próximos tres meses a los contribuyentes de las zonas afectadas; en el campo la exención es de seis meses; se condona el pago de IETU, ISR e impuesto al valor agregado (IVA) a los pequeños contribuyentes; se posterga el pago del ISR que se deduce a los empleados, a los empresarios de esta región.

$10 mil a cada familia afectada

Igualmente anunció apoyos de 15 mil pesos a fondo perdido a pequeños comercios; anticipó que una vez levantado el censo vendrán los 10 mil pesos por familia damnificada para compensar la pérdida de enseres básicos.

A su lado, el gobernador se veía satisfecho por el respaldo, y quizá porque estaba enterado de lo que vendría.

Poco antes de la intervención presidencial, Herrera Beltrán, dijo: He hablado con los grupos parlamentarios de la organización a la que pertenezco, con los dirigentes de mi partido, para pedirles que suspendan la propuesta de que se reduzca un punto porcentual la tasa del IVA. Hay que tener, dijo, una actitud seria y responsable.

Inesperado espaldarazo del priísta a la política fiscal de Calderón, la cual justificó Herrera Beltrán, por la necesidad que tiene el Ejecutivo federal de hacer frente a los daños ocasionados por los desastres naturales; la necesidad de realizar inversiones para prevenirlos; la exigencia de mantener el combate al crimen organizado, entre otras prioridades, según refirió.

Dicho lo anterior, Calderón Hinojosa acusó recibo y retomó el tema: Es importante que no se reduzcan los ingresos públicos, pues de otra manera implica una reducción de la capacidad del Estado para hacer frente, incluso a lo prioritario, a lo crítico. Por esa razón tenemos una coincidencia muy importante y hago votos para que el Congreso pueda optar por una política de ingresos públicos responsable, independientemente de que se den las necesarias, naturales y legítimas diferencias.

Se liberan $295 millones: Gurza

La coordinadora Nacional de Protección Civil, Laura Gurza manifestó que ya se liberaron 295 millones de pesos para atender los efectos inmediatos de la emergencia que provocó 427 mil damnificados, de acuerdo con el parte oficial.

Calderón Hinojosa visitó por segunda vez Veracruz para atestiguar los efectos de Karl. Herrera Beltrán le describió, sin mucho tecnicismo, el fenómeno y sus daños: de ida, el huracán dejó saldo blanco, pero de regreso, se vino la cosa.

Es decir, el golpe directo de Karl fue resistido sin desgracias pero las inundaciones asestaron un duro golpe.

Las explicaciones presidenciales de los programas oficiales no convencían del todo a los damnificados:

Ponga gente que realmente venga a trabajar, no nada más a hacer ruido, le decían. Al paso se iban multiplicando las peticiones, mientras se sumaban damnificados de otros pueblos que le sugerían ir donde estaba la mera desgracia.

En momentos, el recorrido se tensó y adquirió tintes partidistas. En forma directa, a gritos, las señoras le pedían, le exigían que fuera a la cabecera municipal, donde estaba lo más golpeado. Para entonces Calderón ya había accedido a visitar Playa Oriente, comunidad que no estaba considerada en su recorrido original. Le gritaban que ahí no llegaba la ayuda ni habían ido el gobernador porque eran panistas.

Herrera Belrrán atajó el golpe y ofreció suspender su recorrido para acudir, con la justificación de que las razones de su ausencia no eran políticas sino de prioridades en la emergencia.

Calderón Hinojosa descargó presiones y dijo que en la atención al desastre no habrá distingos políticos.