Sábado 25 de septiembre de 2010, p. 4
La educación es la mejor política social y económica, sin ella las sociedades no responderán a sus desafíos, aseguró Ángel Gabilondo Pujol, filósofo español galardonado con el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Indicó que la formación académica es el mejor elemento de igualdad y equidad social, de ahí la importancia de ponerla en el centro de la economía.
Al dictar la conferencia magistral La dimensión social de la educación, con motivo del centenario de la UNAM, el también ministro de Educación de España sostuvo que en épocas de crisis se debe apostar por la formación. Es cierto que se trata de una inversión cara, pero no hacerlo resulta carísimo. Prueben con la ignorancia y verán lo que es costoso
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Se pronunció contra aquellos que consideran que la educación debe tener utilidad y ser mercantilista. No se trata de un adiestramiento profesional, educarse no es adaptarse a un mundo injusto, sino crear opciones para su transformación y de mayor justicia y equidad. La educación no es la creación de dóciles empleados, sino de ciudadanos activos y libres
.
Catedrático y ex rector de la Universidad Autónoma de Madrid, Gabilondo es un estudioso del lenguaje y de la posibilidad de pensar de otra manera, entiende a la filosofía como una forma de vida y en sus postulados apuesta por el rejuvenecimiento del profesorado.
Manifestó que para trabajar en educación no sólo se deben mejorar los índices de calidad, alfabetización o lectura, sino que éstos deben llegar a todos los sectores. Sin equidad no hay excelencia, sin equidad la calidad es elitismo y discriminación. El gran desafío es vincular la equidad con la calidad para crear la excelencia
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Por ello, subrayó, los estados tienen que generar políticas públicas que vean que el reto es la universalización, socialización y extensión de la educación de calidad para todos y cada uno
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Llamó a evaluar la eficacia y equidad de los sistemas educativos de Iberoamérica, porque lo que no se evalúa, se devalúa
, y agregó que si bien se necesita de mayor inversión, quienes la reciban (ministerios, instituciones y universidades) deben entregar cuentas a la sociedad.
A la ponencia, leida en el auditorio José María Vigil del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, asistieron estudiantes, profesores y el embajador de España en México, Manuel Alabart Fernández-Cavada, ante ellos, el ministro de Educación aseveró que dos de los problemas más preocupantes en este mundo son la pobreza y la ignorancia y no, como algunos lo creen
, la inseguridad.
Miseria e ignorancia sólo pueden ser combatidas con cultura y educación, sin ésta no habrá oportunidad de alcanzar la equidad.
Destacó que no en pocas ocasiones las universidades y los centros de excelencia conviven cómodamente
con la pobreza y la inequidad, por lo que exhortó a los universitarios de todo el orbe a promover la excelencia, pero al mismo tiempo la dimensión social, para así responder a las necesidades mundiales.
“El conocimiento no es patrimonio exclusivo de la universidad, ésta no es patrimonio de los que están en ella, sino de la sociedad. El conocimiento no es mercantilismo, sino rentabilidad social, generación de riqueza, de bienestar, de igualdad de oportunidades y de justicia, esa es su responsabilidad social y responsabilidad de las universidades.
Se trata de construir sistemas educativos de excelencia y a la vez inclusivos, dijo, que asuman las necesidades de escolarización especiales, de interculturalidad, de diversidad y pluralidad.
La educación es un proceso civilizatorio que hace, por tanto, un país más justo y libre.