El gobierno federal estaría en disposición de firmar un pacto de neutralidad electoral –ante el proceso de 2012– donde se incluya al Presidente de la República, gobernadores, presidentes municipales y aspirantes al Congreso federal, sostuvo el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora.

Al comparecer ante la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, el funcionario respondió al emplazamiento que formuló el PRI de que el jefe del Ejecutivo federal se comprometiera a respetar la neutralidad y desmarcarse de su partido de origen, el PAN en la elección presidencial de 2012. Blake dijo que sí, pero englobó en su propuesta al resto de los puestos de elección popular.

Claudia Ruiz Massieu había acusado al presidente Felipe Calderón de minar la equidad en la contienda electoral mediante la operación de las delegaciones federales, como parte de una estructura partidista con obvia intención de favorecer a Acción Nacional. Así, le preguntó a Blake su opinión sobre el resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que consideró que el mandatario violó la Constitución durante el proceso electoral del 2 de julio pasado:

¿Qué opinión le merece que al conocer el fallo, el Presidente desacreditó la resolución y al propio tribunal?, respondiendo más como militante de partido que como jefe del Estado mexicano. ¿Está usted de acuerdo en que nadie, especialmente el Presidente, puede estar por encima de la Constitución?, fue el cuestionamiento.

Los temas y el guión

El funcionario se presentó ayer en San Lázaro para enunciar los ejes de la política interior –que él encabeza– del gobierno federal. Expuso que la libertad de expresión es una de las principales preocupaciones de la administración calderonista, y producto de este esfuerzo es la iniciativa de reforma al artículo 73 constitucional, para hacer valer la trascendencia de la libertad de expresión y atender los crímenes contra periodistas.

Anunció que a la brevedad se publicará el programa para prevenir y sancionar la trata de personas, además de la modernización y actualización de la política migratoria.

Acerca de la seguridad pública refirió que las acciones gubernamentales han propiciado la recuperación de territorios en el país y la desarticulación de organizaciones criminales: hasta aquí se puede concluir que hoy día las organizaciones criminales tienen menos espacios de impunidad; los grandes grupos están inmersos en procesos de debilitamiento; el Estado mexicano tiene mejores instrumentos para combatir la delincuencia organizada, para abarcar los ámbitos jurídico, operativo y tecnológico.

La comparecencia del secretario de Gobernación –que duró cinco horas– estuvo marcada por las respuestas a medias del funcionario (quien daba lectura un guión después de escuchar las interrogantes, en el que contribuyó durante todo el tiempo el subsecretario Roberto Gil), su inmutabilidad ante un sinnúmero de preguntas y la molestia de los legisladores que le reclamaron que no respondía a sus cuestionaientos.

Esa lucha es errónea

En su turno, el perredista Ilich Augusto Lozano reprochó la política en seguridad: Parece que estamos en una lucha inacabable contra el crimen organizado y que este gobierno no está entendiendo que esa lucha es errónea, que si no invertimos más en educación, que si nosotros no invertimos más en los jóvenes y en las mujeres de este país no vamos a cambiar esta situación y nos vamos a convertir en la Colombia del 2000.

Lozano tocó un tema que ha merecido un amplio análisis en las semanas recientes: la intervención de la jerarquía católica en política: Es la falta de respeto al Estado laico. Pareciera que en este país el clero católico puede hablar y denostar no sólo a la izquierda, sino a cualquier institución pública.

El secretario Blake respondió que para el gobierno actual, el respeto al Estado laico es irrestricto y se somete a la normatividad existente. Expuso que las denuncias contra integrantes del clero ante la autoridad siguen su curso y se dará respuesta cuando concluya el proceso.

El petista Enrique Ibarra reprochó al secretario no haber respondido en su momento a las declaraciones del cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, y de Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México. Contemplamos su pasmoso mutis y su oratoria estéril hasta que dio una señal de tomar parte al reunirse con los líderes de la Iglesia católica sin haberles hecho siquiera una amonestación verbal.

Por su parte, la bancada del PAN, en voz de Gregorio Hurtado, emitió una postura acrítica y de absoluto respaldo al jefe del Ejecutivo federal: Los legisladores de Acción Nacional estamos dispuestos y comprometidos a apoyar la administración de Felipe Calderón para erradicar los grandes problemas y dotar al gobierno federal de las mejores herramientas para cumplir con su cometido.

Al concluir el encuentro, César Augusto Santiago (PRI) enunció una larga lista de preguntas, y concluyó en el terreno de la seguridad: el actual no puede ser el México que la mayoría desea, dijo, lleno de soldados en las calles, de policías rondando las instituciones democráticas, los niños mueren por decenas de manera impune, gente que se está muriendo de hambre, mientras hay un presidente que se regodea en la búsqueda del poder a toda costa y a cualquier costo.