Cristóbal Colón anda en busca de marineros que se atrevan a acompañarlo a lo desconocido. Por eso se presenta en la Comunidad Alfonso Quiroz Cuarón, centro donde adolescentes cumplen sentencias. Un guardia le dice que no le importa que venga de parte de los reyes de España, que ahí sólo vale la autorización del licenciado Martínez. Es parte de la escena de la obra De la forma que el mundo tiene, montada por adolescentes internos en este reclusorio, que se presentó a los medios.

Colón lee al guardia un pergamino donde se ordena la liberación inmediata de todo aquel que diga que sí a una nueva forma de ver el mundo.

Esto es a lo que Daniel Giménez Cacho, de Teatro El Milagro, se refiere cuando habla del espíritu del proyecto, del cual es creador, impulsor y productor. Para el actor, con el teatro se puede empezar a modificar la conciencia.

Siguió, ante los medios: el teatro puede “ayudarnos a pensar de manera distinta, hacernos personas más críticas, más generosas, hacernos visibles, que nos escuchen, tener un espacio donde digamos: ‘soy fulano de tal, existo y aquí estoy’.

“Me interesa a qué mundo los estamos invitando. No es un ‘ya, pórtate bien’. Es: ‘¿qué vida quiero?, ¿qué sentido le quiero dar?’”

Así que la idea no es simplemente decir: ‘ay, hacen teatro, qué lindos’, ni hacer asistencialismo: Hay instancias que lo hacen por medio de la televisión, de generar pena y vamos a darles unos centavitos; rechazo ese espíritu.

Neoliberalismo e impunidad

Tampoco es reinsertar nomás así. Finalmente, ¿a qué los reinsertan? ¿Al mismo mundo de pobreza, falta de oportunidades y desempleo?

Si alguien es culpable es el neoliberalismo: destina menos recursos a la educación, al sector social; la idea de patria y bien común se diluye y lo que rifa es quién va a ser más rico. Eso empieza a ser el modelo, y no sólo entre los narcotraficantes: ¿quién puede presionar al gobierno para que le regalen frecuencias de televisión, quién puede violar la ley y seguir siendo gobernador de un estado?, preguntó Giménez Cacho tras la conferencia. De estos temas también habla con los jóvenes. Dijo que la impunidad empieza arriba y de ahí se derrama. Los que están arriba son los que tienen mucha más responsabilidad en cuanto a la ética y moral. Si los responsables de administrar el bien común son los que roban, es gravísimo. Luego se permea hasta llegar a la calle. Tenemos esa frase: el que no transa no avanza; es devastador... ¿Por qué no hay hijos de ricos aquí?

El actor dijo que no pretende hacer asistencialismoFoto José Carlo González

Alejandro, uno de los adolescentes que participan en la obra, opinó del proyecto: Nos da la oportunidad de demostrar que somos capaces, que podemos ser personas comprometidas, diferentes. Dio las gracias porque uno a veces recae, sale al abismo, en el qué haré, adónde iré; con este apoyo vamos a ser diferentes. Estamos contentos con el proyecto, con nuestro nuevo mundo.

El director y dramaturgo de la obra, Ernesto Anaya, dijo que se suele creer que el valor más importante es la libertad, pero hay algo más profundo: el sentido de vida. Con la obra se produce una paradoja: encontrarlo aquí, y quien lo halla es libre.

El teatro también les permite mirarse desde otra óptica. El esfuerzo fue generar personajes ficticios pero que no fuera demasiado lejos... Si una persona es capaz de mirarse desde fuera, algo va a pasar, no va a seguir haciendo lo mismo.

Formar parte de la obra implicó para algunos adolescentes tomar la decisión de “si querían seguir hasta el queque o ensayar”, dijo Giménez Cacho.

Para realizar este proyecto, el actor buscó a Fundación CIE. Ésta invitó a más organizaciones, explicó su directora ejecutiva, Guillermina Pilgram. Así, se sumaron Fundación Telmex, de la cual estaba presente su director, Raúl Cerón, y Porvenir, cuya fundadora, Xóchitl Gálvez, también asistió. El teatro se convierte en el primer escalón de reinserción en la sociedad de estos chavos, dijo Pilgram. Para esa fase invitaron a Reintegra, que los apoya para su reincorporación en la vida laboral y educativa, explicó Francisco Castellanos, de dicha fundación. Van a dar seguimiento a los jóvenes durante un año.

Como parte del programa también habrá talleres de oficios.

Durante el encuentro estaban Raquel Olvera, directora ejecutiva de Tratamiento a Menores (de la que forma parte esta comunidad), y Miguel Mancera, procurador de Justicia del Distrito Federal.

Se realizarán 11 funciones, manejadas por Fundación CIE; en total los verán mil 500 personas. También aplicarán el programa piloto Nuevo mundo, con mujeres adolescentes reclusas.