En la recta final de la lucha por la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el ministro José Ramón Cossío Díaz hizo pública su decisión de no contender por el cargo, aun cuando no se ha abierto formalmente el proceso de selección.

En momentos en que los ministros del máximo tribunal están en espera de conocer la terna que enviará el presidente Felipe Calderón al Senado para que éste elija al sucesor del ministro recién fallecido José de Jesús Gudiño Pelayo, Cossío Díaz los sorprendió con su misiva, en la que se refiere a la sucesión de Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, que se realizará en la sesión del 3 de enero próximo.

En una carta enviada a sus compañeros de pleno, Cossío les informa que ante la disyuntiva de participar en el proceso de selección y cumplir –eventualmente– con las labores administrativas y protocolarias propias del cargo, o tratar de colaborar en la creación de criterios jurídicos útiles, él opta por lo segundo.

Sostuvo en la misiva de dos cuartillas que en este momento de la vida nacional, me resulta más significativo tratar de colaborar en la creación de criterios jurídicos útiles para hacer frente a los graves problemas institucionales y, por ello, constitucionales que, desafortunadamente, enfrentamos.

De acuerdo con fuentes judiciales consultadas, quienes han aglutinado a su favor mayores muestras de apoyo son Juan N. Silva Meza y Fernando Franco.

De acuerdo con éstas, hay ministros que han confiado a sus más cercanos colaboradores que Cossío no había reunido a su favor los votos suficientes para aspirar con éxito a suceder a Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.

También destacaron que el firmante de la carta tiene aún por delante el tiempo suficiente para aspirar en 2014 a la presidencia de la Corte.

Cossío asegura en la carta que decidió hacer pública su postura en razón de que su nombre ha sido mencionado “en diversos medios de comunicación.

Comparto esta decisión, antes de que el proceso de designación continúe avanzando, pues me parece de la más elemental lealtad que conozcan mi posición dado que he sido señalado repetidamente como aspirante a ocupar el cargo.

Asegura que su mayor aspiración, desde que tomó el cargo de ministro en 2003 –el cual concluye en 2018–, ha sido contribuir a la construcción constitucional necesaria para sustentar una sociedad auténticamente democrática. Mi objetivo inicial no ha variado, sostiene.

Ante la gravedad de los problemas que está viviendo el país en materia de seguridad pública, ante la enorme desigualdad que mantenemos, ante los reclamos crecientes por acotar los derechos fundamentales o los intentos que desde diversos ámbitos se hacen para imponernos visiones sociales homogéneas, he llegado a la conclusión de que mis compromisos e ideales debo realizarlos desde la posición de ministro, afirma.

Ser presidente de la Corte y del Consejo de la Judicatura Federal, indica, conlleva la tarea de coordinar y ordenar trabajos, fundamentalmente administrativos. Ello le impide, agrega, actuar con total libertad e incidir en las discusiones, al no tener la posibilidad de elaborar proyectos, como tampoco puede participar en alguna de las dos salas, donde actualmente elaboramos algunos de nuestros más relevantes criterios jurisprudenciales.

En espera de la terna

Ministros consultados señalaron que es urgente que el Presidente de la República envíe al Senado la terna de los candidatos a suceder al ministro José de Jesús Gudiño Pelayo, porque el hecho de que el pleno no esté integrado por sus 11 elementos ya ha tenido consecuencias en la resolución de asuntos en el máximo tribunal.

Fuentes judiciales señalaron que incluso la semana pasada la sesión de la primera sala de la SCJN –encargada de resolver asuntos penales y civiles– no pudo sesionar por falta de quórum.

En el pleno, la ausencia de uno de sus integrantes ha dejado dudas en asuntos en los que no se han alcanzado los ocho votos que exige la ley para invalidar una norma impugnada vía acción de inconstitucionalidad.

El caso es particularmente importante en la primera sala, explicaron los funcionarios, porque ésta se conforma de cinco ministros (con el fallecimiento de Gudiño quedaron Juan N. Silva Meza, Arturo Zaldívar, José Ramón Cossío y Olga Sánchez Cordero), y si por alguna razón faltan dos, la sala no puede sesionar.

Además, es más probable que se den empates en las sesiones de sala, al haber cuatro juzgadores. Trascendió que los asuntos en los que de antemano los ministros saben que va a haber una votación pareja son aplazados en espera de que el nuevo integrante emita en su momento el voto decisorio.