Blanca Judith Díaz Delgado, senadora por Nuevo León e integrante de la dirigencia nacional del PAN, aseveró que su partido no busca la salida del gobernador de aquella entidad, Rodrigo Medina. En tanto, legisladores de oposición pidieron al mandatario sustentar sus acusaciones en datos precisos.

Medina señaló que intereses mezquinos pretenden socavar su administración; al respecto, la senadora Díaz Delgado dijo que lo que debilita un gobierno es la falta de experiencia y de madurez política para desarrollar las acciones que requiere la población.

Opinó que el mandatario generó una expectativa muy alta entre los ciudadanos: ofreció grandes cosas para el estado y no las está cumpliendo.

La denuncia de Medina sobre conjuras y acciones oscuras provenientes de políticos, un medio de comunicación y empresarios, generó en la Cámara de Diputados federales opiniones que desmienten presiones de esa naturaleza a una administración estatal.

Alejandro Encinas, coordinador de los diputados del PRD, consideró que para avanzar en el combate al narcotráfico el gobernador Medina debe aportar nombres, datos y fechas.

El legislador perredista adujo que los bloqueos en Monterrey y la inestabilidad, no obedecen solamente a actividades de la delincuencia organizada, sino a la intervención de actores políticos de otros partidos, incluso del PRI.

Creo que el gobernador de Nuevo León debe dar mayor claridad sobre esta denuncia, que no puede quedar en la ambigüedad, debe tener nombres y apellidos, ya que él mismo ha señalado intentos de desestabilización.

Los diputados priístas Eduardo Bailey y Marcela Guerrra consideraron que el panista Francisco Ramírez Acuña (al criticar severamente al gobernador de Nuevo León) asume una actitud irresponsable. Tales declaraciones, agregaron, no contribuyen a la buena relación y comunicación entre los poderes, ni fomentan la unidad convocada por el gobierno federal.

Esta postura obsesiva no ayuda a resolver el problema que aqueja a todo el país, como la inseguridad. Estos ataques no son al gobernador, sino al pueblo de Nuevo León, que es el que más sufre ante las condiciones que se viven. No merecemos que manden a Ramírez Acuña con la espada a blandirla, nada más porque tiene una aspiración obsesiva por dirigir al Partido Acción Nacional, que de lograrlo sería muy catastrófico para ese instituto político con una persona de esa naturaleza al frente. 

La senadora Díaz Delgado, también aspirante a la presidencia del PAN, insistió en que que no es ningún interés mezquino aspirar a que las cosas se hagan bien, que haya paz, tranquilidad, seguridad y que las promesas de campaña se hagan realidad.