Luego del rescate de 33 mineros en Chile, lo cual desnudó al gobierno mexicano en torno a lo ocurrido en 2006 en el yacimiento Pasta de Conchos, en Coahuila, lo que se espera de la administración federal y de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) no son más comunicados que intenten justificar lo no realizado, sino uno en el que informe que de inmediato se efectuará el rescate de los cuerpos de 63 mineros, consideró Carlos Rodríguez, sacerdote jesuita que celebra la misa mensual en memoria de los trabajadores fallecidos en el yacimiento de Grupo México.

En entrevista, el también integrante del Centro de Acción y Reflexión Laboral (Cereal) señaló que a los mineros que siguen enfrentando condiciones precarias de seguridad en la zona carbonífera en nada beneficia una disputa mediática entre la STPS y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), ni apacigua el sufrimiento de los deudos de Pasta de Conchos.

Asimismo, dijo que es irrelevante que la dependencia federal asegure que cumplió la recomendación 26/2006 y que la CNDH diga lo contrario, pues lo que importa son los hechos.

“En estos momentos, cualquier declaración del gobierno mexicano es insuficiente, palidece y se queda corta en relación con lo hecho en Chile; lo único que se espera es el anuncio de la recuperación de los restos mortales. Con este comunicado (en el que afirman que sí cumplieron señalamientos del ombudsman nacional sobre la explosión en el yacimiento) se vuelve a mostrar la insensibilidad de los funcionarios, que sólo se defienden a sí mismos.

Actualización del dolor

Si se pusieran en los zapatos de las familias, entenderían que lo acontecido en Chile ha actualizado y agudizado su sufrimiento al ver que en otros países sí rescatan a los mineros y emplean todos los recursos; allá nunca se cansaron ni lo consideraron imposible.

Destacó que lo importante también es exigir a los empresarios mejorar las condiciones laborales en los yacimientos. No es sólo el rescate, sino también lo que sigue ocurriendo en la zona, pues de 2006 a 2010 han ocurrido 42 muertes más, algunas de las cuales derivaron en quejas ante la CNDH, a las que no ha respondido.

Por su parte, Manuel Fuentes, presidente de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), desmintió que la STPS haya cumplido las recomendaciones de la CNDH.

Por un lado hay respuesta simulada, y por otro falta de acción. En lo que se refiere a la investigación para determinar la responsabilidad de funcionarios públicos, sólo fueron sancionados cuatro inspectores con un año de inhabilitación, pero no el delegado federal del Trabajo en Coahuila o el ex secretario Francisco Salazar Sáenz, señaló.

Asimismo, recordó que el gobierno federal no ha pagado indemnizaciones adecuadas a las viudas e hijos de los mineros fallecidos, quienes reciben de la empresa una pensión de sólo 20 y 10 pesos al día, respectivamente, ya que Grupo México reportó que los trabajadores percibían un sueldo de 80 pesos diarios, cuando en realidad era de entre 300 y 400.

Además –dijo–, prevalecen en la zona las condiciones inseguras de trabajo de los mineros , y en el caso de Pasta de Conchos hay incumplimiento gubernamental por parte de varias dependencias, entre ellas la Procuraduría General de la República, que se comprometió a hacer una investigación, pero en estos momento la mantiene en reserva.

Alfredo Domínguez Araujo, integrante de la coordinación nacional del Frente Auténtico del Trabajo (FAT), señaló tras el rescate en Chile, que ahora lo que se espera del gobierno mexicano son más justificaciones en el sentido de que aquí la situación era más peligrosa, y recordó lo dicho por Javier Lozano, titular de la STPS, de que no se arriesgarían vidas para rescatar cadáveres.

Indicó que hay pocas posibilidades de que se recuperen los 63 cuerpos que aún están en Pasta de Conchos porque tenemos un gobierno tozudo que no entiende razones, por lo que va a ser muy difícil, aunque queremos creer que sí será posible; el FAT se suma a la demanda de rescate y a que se mejoren las condiciones de seguridad en las minas; el de Chile también es un gobierno de derecha, pero la diferencia es que tiene sensibilidad, la que no encontramos aquí.