Es la región más inequitativa del mundo, define el organismo
alta, persistente, con baja movilidad socioeconómica: PNUD
Viernes 22 de octubre de 2010, p. 29
Madrid, 21 de octubre. La desigualdad en América Latina y el Caribe es alta, persistente y se produce en un contexto de baja movilidad socioeconómica
, suscitado en gran medida por un sistema político que ha sido incapaz
de transformar una realidad que mantiene a la región como la más desigual del planeta.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó en la sede de la Secretaría Iberoamericana su informe sobre la desigualdad, que lleva por título Actuar sobre el futuro: romper con la transmisión intergeneracional de la desigualdad.
El informe, que incluye gráficos y estadísticas de los países de la región en los últimos diez años, define el punto de partida: América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo y la desigualdad es uno de los principales obstáculos para avanzar en el desarrollo humano
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Por ejemplo, los informes estadísticos –con los mismos parámetros para todos los países– arrojan resultados de este tipo: diez de los 15 países más desiguales pertenecen a la región; la desigualdad en el ingreso es 65 por ciento más elevada que en los países desarrollados e, incluso, 18 por ciento mayor que en África subsahariana; es más patente la incidencia de la desigualdad en los sectores más vulnerables, como pueblos indígenas y afrodescendientes, que representan 33 por ciento de la población total, es decir, 120 millones de personas.
Los países menos desiguales de la región son, según el índice de Gini: Uruguay, Venezuela, Argentina y Costa Rica, mientras México se sitúa en el medio de la tabla, y los más rezagados son Bolivia, Haití y Colombia.
Por ejemplo, en el ingreso per cápita del hogar México está a nivel de países como Nepal, Filipinas o República Dominicana. Uruguay y Costa Rica están cerca de los índices de Portugal y Estados Unidos.
En el índice del desarrollo humano, México ocupa la posición 53, por detrás de Barbados, Chile, Cuba, Bahamas y Argentina.
Este primer informe sobre desigualdad y desarrollo humano que elabora el PNUD intenta definier las formas, públicas o civiles, para romper la transmisión intergeneracional de la desigualdad. Es decir, de la pobreza y la falta de oportunidades.
Heraldo Muñoz, director regional del PNUD, explicó que el asunto de la desigualdad como problema estructural es algo que se ha venido estudiando y debatiendo mucho en las últimas décadas. Pero es un problema que no puede esperar más, la situación es realmente lamentable
.
Una de las conclusiones más preocupantes del informe es que uno de los principales obstáculos para romper con la tendencia a mayor desigualdad en la sociedad es el sistema político: La persistencia de la desigualdad también responde a elementos estructurales del sistema político y del Estado, en especial a las modalidades de representación política. Los mecanismos de toma de decisiones y las formas en que se agregan los intereses de los distintos grupos pueden resultar en la persistencia de la desigualdad o, al menos, dificultar su reducción
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