París, 21 de octubre. Los sindicatos franceses convocaron a dos nuevas jornadas de protesta nacional contra la reforma de jubilación, para el jueves 28 de octubre y el sábado 6 de noviembre, que darán continuidad a las mayores manifestaciones de rechazo contra las medidas de austeridad en Europa.

Los sindicatos indicaron que la agudización de las protestas se debe a la actitud intransigente del gobierno. Bernard Thibault, líder del poderoso sindicato Confederación General del Trabajo (CGT), convocó a una nueva jornada de protestas para la próxima semana. El gobierno sigue siendo intransigente. Necesitamos seguir con acciones masivas. Pediremos a los sindicatos acciones más contundentes que permitirán a la gente dejar de trabajar y salir a las calles, adelantó.

A menos de un día para la votación final sobre el plan en el Senado, los seis principales sindicatos mostraron su determinación de seguir luchando incluso después de su eventual aprobación parlamentaria.

Pese a la intensificación de la protesta social, el presidente Nicolás Sarkozy se ha negado a dar marcha atrás al proyecto de ley para elevar de 60 a 62 años la edad mínima de jubilación y de 65 a 67 años la edad mínima para alcanzar pensión completa.

Durante una visita a un provincia francesa, Sarkozy no se mostró dispuesto a ceder. No podemos ser el único país del mundo en el que una minoría bloquea a todos los demás por una reforma, advirtió. Señaló que por las protestas hay puestos de trabajo en peligro. Una empresa que no tiene gasolina y que no puede suministrar (sus productos) tiene que cerrar en algún momento, criticó.

El gobierno quiere ahora acelerar el proceso de aprobación de la reforma. A través del ministro de Trabajo, Eric Woerth, el Ejecutivo pidió al Senado que acelere los debates para que el texto de la reforma sea sometido rápidamente a votación con miras a una aprobación parlamentaria definitiva la próxima semana. La Constitución francesa otorga al Ejecutivo el derecho de pedir un procedimiento de aprobación más sencillo.

Este jueves la policía desbloqueó el aeropuerto de Marsella, después de que cientos de trabajadores de las refinerías en huelga cortaron los accesos a primera hora, mientras los paros en las refinerías y los bloqueos al suministro de combustible, que llevan 10 días, amenazan con paralizar el país.

Las importaciones de combustible han alcanzado cifras récord, por lo que el gobierno intenta superar el bloqueo del mayor puerto petrolero de Francia y lucha contra la escasez causada por las huelgas en las 12 refinerías del país.

En la ciudad de Le Havre manifestantes cerraron una autopista. Las protesta paralizan numerosas escuelas y universidades.