En Nayarit y Veracruz disminuirá número de hectáreas destinadas al tabaco y habrá menos empleos, lamentan
golpe catastróficoa productores
Sábado 23 de octubre de 2010, p. 18
El nuevo impuesto para las empresas tabacaleras será un golpe catastrófico para los productores: en Nayarit dejarán de sembrarse tres mil hectáreas –de una superficie de 8 mil 350 hectáreas–, se eliminarán 690 mil jornadas y dejarán de invertirse 150 millones de pesos; en la región de los Tuxtlas, Veracruz, aunque se produce tabaco para puros, también se reducirán las siembras en 70 por ciento, anunciaron Rodolfo Coronado Montaño, presidente de la Asociación Rural de Interés Colectivo Tabacalera y diputado local en Nayarit, y Miguel Turrent, productor en Los Tuxtlas.
En entrevistas por separado, expresaron su preocupación porque los legisladores se han cargado mucho al tema del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) y no han analizado que varios de los apartados del Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud, entre ellos el respaldo financiero, técnico y estratégico a los agricultores para una reconversión productiva, no se han cumplido; ni tampoco visualizan los impactos laboral, social y económico que provocan con la determinación.
En Nayarit, en donde llegaron a destinarse hasta 30 mil hectáreas para dicho cultivo, diversos eslabones de la cadena serán perjudicados, dijo Coronado Montaño. Explicó que hasta antes de la medida de los legisladores, había optimismo entre los tres mil 900 campesinos –la mayoría poseedores de entre 1.9 y 2.3 hectáreas–, ya que este año se habían sembrado 2 mil 100 hectáreas más en comparación a 2009.
El año pasado fue una mala temporada, pues se perdieron 5 millones de kilos de tabaco por mal temporal y aunque por el seguro catastrófico se lograron recuperar 90 millones de pesos, los agricultores quedaron con una cartera vencida de 12 millones de pesos, ya que la producción exige una inversión de 50 mil pesos por hectárea
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Cada año, abundó el legislador, las condiciones para producir los cuatro tipos de tabaco –dos de virginia y dos de burley– se tornan más difíciles, porque las negociaciones con las empresas se complican por las políticas públicas, ya que los tomadores de decisiones piensan en los empresarios pero no en los agricultores. Este año, se espera tener en el estado una producción de 20 mil 510 toneladas y una derrama de 490 millones de pesos. Ahora los industriales dicen que por la falta de certeza jurídica dejarán de invertir e incluso informaron que cerrarán una de las plantas productoras de cigarrillos.
Después de 30 años de dedicarse a dicho cultivo y haber logrado tener la cobertura del IMSS, la medida es un golpe para los productores. El seguro popular no tiene los mismos servicios que el Seguro Social y la siembra del tabaco es una tradición y cultura que será difícil de dejar de un año para otro; sin un proceso de reconversión ordenada y sin el respaldo financiero y tecnológico adecuado nos llevarán a la quiebra y a la pobreza
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Cada año, los productores de tabaco de Nayarit firman acuerdos con las empresas British American Tobacco; Tabaco del Venado, filial de Philip Morris, y Tabaco del Pacífico Norte, filial de la empresa Universal Leaf Tabacos; esta última se dedica a las exportaciones a Japón, Alemania y Estados Unidos, el año pasado vendió 5 millones de kilos y la estimación para este es de 7 millones de kilos. Por ello, puntualizó Coronado Montaño, los precios pactados con los productores no son uniformes ni tampoco elevados. Este año la negociación fue buena, pero no logramos ningún incremento al precio
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Miguel Luna, dirigente de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas, acompañado por un grupo de productores de tabaco de Nayarit, apuntó que las empresas pagaron 25.75 pesos el kilo de tabaco burley y 29.30 pesos por el virginia. Para no perder la protección del IMSS, los campesinos seguirán sembrando el tabaco, actividad que genera un millón 900 mil jornales. Los productores solicitaron a los legisladores un subsidio de 4 mil 600 pesos para continuar con su actividad; la próxima semana se reunirán con los titulares de Sagarpa y Hacienda.
Miguel Turrent, productor en Los Tuxtlas, comentó que los legisladores homologan a la industria de los cigarrillos con la del puro, aunque los procesos son muy diferentes. En el caso del tabaco para puro el proceso es más delicado, ya que se selecciona a la planta y las hojas pasan por dos años de selección de pureza y un proceso de secado. En el caso del puro, los costos se calculan por gramos. En esa región de Veracruz, se llegaron a sembrar hasta tres mil hectáreas de tabaco y ante los constantes impuestos, ésta se ha reducido a 600 hectáreas y es probable que disminuya más. Habrá pérdida de empleos y menor inversión, más la competencia con Brasil, Ecuador y República Dominicana, que será más difícil.